Quien da hace una buena acción; quien presta, un mal negocio.
Jean Petit Senn-Antoine
Ni hay remedio a la pobreza como acortar el deseo.
Alonso de Barros
Bienaventurados los que se ríen de sí mismos, porque ellos nunca pararán de divertirse.
Anónimo
Cuando gané la beca y me fui a Europa también llevaba influencias desde aquí, y vinieron otras y otras. Era la etapa de formación, y así sucede siempre. Después viene la etapa de elaboración personal y de afirmación, a partir de todos esos conocimientos, de todas esas experiencias.
Antonio Berni
No enseñarle a un hombre a quien se le puede enseñar es malgastar a un hombre. Enseñar a un hombre a quien no se le puede enseñar es malgastar palabras. El verdadero sabio no malgastará ni hombres ni palabras.
Confucio
Todas las transformaciones parecen motivadas por la desesperación y la emergencia.
Elizabeth Gilbert
El amor propio es el mayor de los aduladores.
François de La Rochefoucauld
Escuchenmé muchachos, vamos a ir a jugar al fútbol, no a la cámara de gas.
Héctor Veira
Los hombres se extravían, las mujeres se pierden.
Ignacio Manuel Altamirano
Si nosotros tratamos bien al gato el gato nos tratará bien a nosotros.
Jim Davis
No tiene ningún sentido ser preciso cuando ni siquiera sabes de lo que estás hablando.
John von Neumann
Todos los movimientos de acción colectiva, si necesitan de realizadores, necesitan también de predicadores. El realizador es un hombre que hace sin mirar al lado y sin mirar atrás. El predicador es el hombre que persuade para que todos hagamos, simultáneamente, lo que tenemos que hacer.
Juan Domingo Perón
El amor es como un geniecillo travieso que campa por este mundo haciendo las peores trastadas a diestro y siniestro, siempre te gana la partida, no hay quien escape ileso de su perverso juego.
Mercedes Pinto Maldonado
La humildad es la raíz de todas las virtudes, porque es la absoluta carencia de egoísmo, el progenitor y el productor de todos los vicios.
Nilakanta Sri Ram
El culto a la vida es también culto a la muerte.
Octavio Paz
Coge la escoba de la ira y ahuyenta a la bestia del miedo.
Zora Neale Hurston