Los Juegos Olímpicos muestran claras desigualdades entre las razas blanca y negra en cuanto a, por ejemplo, los atletas, y los corredores en particular. Es un hecho. Constato lo que veo. El igualitarismo es simplemente absurdo.
Jean-Marie Le Pen
¿Quién ha mirado mi oculto llanto? ¿Quién mis amores pudo advertir? padezco a solas y sufro tanto que, de callarlo, voy a morir.
Alfred de Musset
No hay camino a la riqueza fácil y respetable como la de matrimonio.
Anthony Trollope
En verdad, lo que amamos en la mujer no es la mujer, sino el espíritu; y quien busque en la mujer más que el espíritu, será abandonado por Brahma.
Emilia Pardo Bazán
El amor se hace más grande y noble en la calamidad.
Gabriel García Márquez
¿Qué queréis, Señor, de mí?
Ignacio de Loyola
Cada uno de nosotros tiene un día, más o menos triste, más o menos lejano, en que, por fin, debe aceptar que es un hombre.
Jean Anouilh
La imposibilidad en que me encuentro de probar que Dios no existe, me prueba su existencia.
Jean de la Bruyere
Una nación que jurídicamente no es estado ni aspira a serlo, ni es nación ni es nada, queda para la poesía.
José Bono
Ser segundo es ser el primero de los últimos. No vale de nada hacer 200 goles si quedas segundo.
José Mourinho
Mi madre es restauradora, repara cosas rotas. Yo no hago eso. Yo destruyo cosas. No me muevo en una línea recta. Tengo que destruir, reconstruir y destruir de nuevo. Mi ritmo no es el mismo. Mi madre se movía en una línea recta: en cambio yo voy de un extremo al otro.
Louise Bourgeois
Se pueden sacar conclusiones en un sentido o en otro: la urgencia a veces potencia y a veces precipita, según como opere.
Marcelo Bielsa
A veces no nos dan a escoger entre las lágrimas y la risa, sino sólo entre las lágrimas, y entonces hay que saberse decidir por las más hermosas.
Maurice Maeterlinck
Sólo los culpables se niegan a subir al estrado.
Robert Duvall
Soy pequeño, pero necesito un poco más de espacio (tras un accidente).
Takuma Sato
Podemos decir que estamos realmente vivos, solamente en esos momentos en que nuestros corazones son conscientes de nuestros tesoros.
Thornton Wilder