Nunca separé la República de las ideas de justicia social, sin la que sólo es una palabra.
Jean Jaurès
Para llegar a lo que somos, debemos eliminar lo que no somos.
Alejandro Jodorowsky
Después de la verdad nada hay tan bello como la ficción.
Antonio Machado
Un día sin reír es un día perdido.
Charles Chaplin
... Yo creo que existe, y lo siento dentro de mí, un instinto de la verdad o el conocimiento o el descubrimiento, de algo de la misma naturaleza que el instinto de la virtud, y el hecho de que tengamos ese instinto es razón suficiente para las investigaciones científicas aunque no se deriven de ellas ningún resultado práctico.
Charles Darwin
Evocando la necesidad de profundas jerarquías conceptuales, la computadora automática nos confronta con un radical desafío intelectual que no tiene precedente histórico.
Edsger Dijkstra
A veces me siento junto a la ventana, viendo al mundo pasar de mí. A veces pienso que no hay nada por lo que vivir y me hundo y lloro. A veces creo que estoy loco, estoy loco, oh muy loco ¿Qué hago aquí, estoy perdiendo el tiempo? Pero entonces miro a mi niña; de pronto no estoy tan loco. Todo cobra sentido cuando la miro a los ojos.
Eminem
Lo que hace que la mayoría de las mujeres sean tan poco sensibles a la amistad es que la encuentran insípida una vez que han probado el gusto del amor.
François de La Rochefoucauld
La filosofía es la unificación del pensamiento.
Herbert Spencer
¿Quién es el hombre bueno? Aquel que obedece a sus padres y acata las leyes humanas y divinas.
Horacio
El talento poético nace, en los espíritus muy vivos, de la impotencia para razonar.
Joseph Joubert
Nada hay tan útil como el arrepentimiento.
Marco Aurelio
El amor es intensidad y por esto es una distensión del tiempo: estira los minutos y los alarga como siglos.
Octavio Paz
La gente cree que son originales en sus creaciones cuando en realidad son una culminación emergente, es todo una constante evolución de información, construída sobre información.
Peter Joseph
Para evitar derramamiento de sangre, di instrucciones, a los mandos del Ejercito para que no se procediera a la represión... y hoy podemos todos, dar gracias a dios, la casa está en orden y no hay sangre en la Argentina.
Raúl Alfonsín
De aquí aquellas lágrimas.
Terencio