No hay mejor forma de ejercitar la imaginación que estudiar la ley. Ningún poeta ha interpretado la naturaleza tan libremente como los abogados interpretan la verdad.
Jean Giraudoux
Para el éxito sobra el talento; para la felicidad, ni basta.
Camilo José Cela
No puede esperarse ventaja alguna duradera de la política moral, si ésta no se funda en los sentimientos indelebles en el hombre. Toda ley que se desvíe de éstos, encontrará siempre una resistencia contraria que al cabo vencerá, del mismo modo que una fuerza, aunque sea muy pequeña, si se aplica muy continuadamente, vence cualquier movimiento violento comunicado a un cuerpo.
Cesare Beccaria
La libertad es un sistema basado en la valentía.
Charles Péguy
Era tu amante, pero eso podías tú, Paula, negarlo. Hete aquí que es tu marido: ¿acaso, Paula, puedes negarlo?.
Charles Van Lerberghe
Desde el primer momento no he estado cómodo del todo. Estoy con un compañero inglés, en un equipo inglés, que lo está haciendo genial y sabemos que todo el apoyo del equipo y todas las ayudas son para él.
Fernando Alonso
No estoy en absoluto en los negocios.
Freddie Mercury
La felicidad no es un ideal de la razón, sino de la imaginación.
Immanuel Kant
Sea consciente de que los amigos correctos no equivalen a aquellos con más dinero. Son las actitudes, nivel de conciencia, y otras virtudes humanas positivas de los amigos seleccionados, las que son importantes.
Jim Rohn
Ningún político es mejor que sus consultores.
Jo Nesbø
Prefiero ver con los ojos cerrados.
Joseph Albers
Si usted tiene un montón de lo que la gente quiere y no puede, entonces se puede abastecer la demanda y la pala en la masa.
Lucky Luciano
Todos somos culpables, pero si hubiera que repartir responsabilidades las mayores caerían sobre las clases dirigentes.
René Gerónimo Favaloro
El orgullo no es más que estupidez apoyada con razonamientos.
Renny Yagosesky
Los niños de verdad no van dando saltitos a menos que hayan tomado drogas.
Terry Pratchett
La felicidad, el conocimiento, en este lugar, no en otro, en esta hora, no en otra hora.
Walt Whitman