Hay personas a quienes la suerte les llega como por accidente, y son ellos los primeros sorprendidos y consternados. Luego, empero, vuelven hacia sí sus ojos y se reconocen dignos de su buena estrella.
Jean de la Bruyere
Los pájaros nacidos en jaula creen que volar es una enfermedad.
Alejandro Jodorowsky
El parte meteorológico de hoy anuncia preocupación creciente seguida de terror desatado.
Chuck Palahniuk
Yo pienso que por yo ser rico... por ser guapo... por ser un gran jugador, las personas tienen envidia de mí...
Cristiano Ronaldo
La locura engendra locura.
Dan Brown
Claro que las hormigas son distintas. Tienen una obra de ingeniería maravillosa y perdurable en la cual trabajar: el hormiguero.
Fiódor Dostoyevski
Yo no tengo las tetas grandes, pero al menos tengo las piernas largas.
Gal Gadot
Pues bien, no es posible dar un principado a todos, no es posible que todos tengan la misma suerte, pero sí es posible que a todos se les ofrezca por igual.
Giordano Bruno
¡Llora! No te avergüences de confesar que me quisiste un poco. ¡Llora! Nadie nos mira. Ya ves; yo soy un hombre... y también lloro.
Gustavo Adolfo Bécquer
Ninguna explicación, ninguna combinación de palabras o la música o los recuerdos pueden tocar esa sensación de saber que usted estaba allí y vivía en esa esquina del tiempo y del mundo. Sea lo que sea lo que eso quiere decir.
Hunter S. Thompson
Los dioses no existen, son invenciones de la mente humana.
Ismael Leandry Vega
¿Quiere un disco de Stevie Wonder para su hija? ¿Es qué su hija está en coma?
Jack Black
El amor, como el miedo, puede paralizarnos en tan solo un segundo.
Lema Mosca
La vida no es fácil, para ninguno de nosotros. Pero... ¡qué importa! Hay que perseverar y, sobre todo, tener confianza en uno mismo. Hay que sentirse dotado para realizar alguna cosa y que esa cosa hay que alcanzarla, cueste lo que cueste.
Marie Curie
El estudiante que sigue aprendiendo por su cuenta... Eso es lo que separa a los triunfadores de los que sólo hacen la tarea.
Neil DeGrasse Tyson
Para conocer la flor del ciruelo, tanto el propio corazón como la propia nariz.
Ueshima Onitsura