No hay mujeres feas; sólo mujeres que no saben cómo parecer bellas.
Jean de la Bruyere
¡Ven, quiero saber!, porque te fuiste sin mí, siempre porque te fuiste sin mí
Amaia Montero
No tengo ninguna moralidad. Sé que la gente se horroriza, pero no yo. Ninguna moralidad mientras el daño hecho no se manifieste por sí mismo. Mi moralidad no se reafirma cuando me enfrento con el dolor de un ser humano...
Anaïs Nin
Decir que el tiempo es río es decir nada, ni nace ni termina su corriente, fluye desde horizontes infinitos y seguirá, sin duda, hasta el olvido.
Arturo Uslar Pietri
A todos ellos les digo que los llevo en mi corazón, que no bajaré los brazos y que pueden tener la absoluta seguridad que no abandonaré la lucha política, que ha sido y es la razón de mi vida.
Carlos Menem
La facilidad para seguir los dictados de la propia conciencia parece ser, considerada a largo plazo, un acicate tan importante como las escuelas elegantes, los profesores particulares y los costosos campamentos educativos de verano.
Daniel Goleman
Los muertos son dóciles, pero muy estirados.
Enrique Jardiel Poncela
El sexo es el consuelo para los que ya no tienen amor.
Gabriel García Márquez
La libertad no soporta ni la santidad ni el poder dictatorial.
Gao Xingjian
Pueden expresarverdades, embustes y, sobre todo, pueden manipular la verdad. Todo eso es parte de la libertad de expresión.
Ismael Leandry Vega
Recuerda bien lo que te digo, hijito; no lo olvides: las mujeres te sorprenderán siempre. Crees que ya conoces toda la baraja, desde la reina a la sota, y te sale carta nueva.
José Luis Sampedro
No estarás para nada, no serás ni recuerdo, y cuando piense en ti pensaré un pensamiento que oscuramente trate de acordarse de ti.
Julio Cortázar
Lo posible, ya está hecho. Lo imposible, lo estamos haciendo. Para milagros, necesitamos tiempo.
Marcelo Bielsa
Suele decirse que el mundo premia a los malos, pero no es cierto del todo. Una buena persona puede tener mucha suerte.
Quino
Al suave viento del Este, colgado de la robusta rama de un roble, un gran duque que se había ahorcado agitaba los pies luchando por abandonar el reino de la absoluta certidumbre. Los idealistas descansaban tiesos en sus tumbas, implacable realidad. Qué cruel y afilada es mi pluma.
Robert Walser
Le diré a Vd. un definitivo puede ser.
Samuel Goldwyn