El futuro no pertenece a nadie. No hay precursores, no existen más que rezagados.
Jean Cocteau
La vida más sombría ha sido iluminada un momento por el relámpago de la dicha.
Alfredo Calderón
Aún cuando todos los expertos coincidan, pueden muy bien estar equivocados.
Bertrand Russell
Con los años, el corazón se volvía menos elástico. Uno se implicaba más en las relaciones y las secuelas afectaban cada vez más a la autoestima.
Camilla Läckberg
Algunas cosas, una vez que las haces, ya no las puedes deshacer.
David Carradine
Para un auténtico escritor, cada libro debería ser un nuevo comienzo en el que él intenta algo que está más allá de su alcance.
Ernest Hemingway
No te puedo asegurar sobrevivir aquí, si vienen y van como si fueran sus tierras, no ven que les duele.
Francisca Valenzuela
Ascua encendida es el tesoro, sombra que huye la vanidad. Todo es mentira: la gloria, el oro; lo que yo adoro sólo es verdad: ¡la Libertad!
Gustavo Adolfo Bécquer
Hay que tratar de unir lentamente en la instrucción del niño el saber y el poder. Las matemáticas parecen ser, entre todas las ciencias, el único medio de satisfacer este fin.
Immanuel Kant
Cada ley es una infracción a la libertad.
Jeremy Bentham
Recuerdo a los hombres famosos del pasado: Alejandro, Pompeyo, Julio César, Sócrates, y tantos otros; y me pregunto: Ahora ¿dónde están? ¡Cuánto han luchado, para luego morir y volverse tierra...!
Marco Aurelio
¿Puede ser honrado el Eterno con la sangre? Y aquellos que para servirle se atreven a sacrificarle hombres, ¿no están, sólo por eso, en el error y en el mal camino?
Marqués de Sade
Ayer amaneció el pueblo desnudo y sin qué ponerse, hambriento y sin qué comer, el día de hoy amanece justamente aborrascado y sangriento justamente.
Miguel Hernández
Todo cuanto puede hacer un hombre, ciertamente, es dar su afecto a un solo ser o a algunos contados seres humanos.
Pierre Teilhard de Chardin
No es necesario complacer al público, porque si uno está seguro de su trabajo, si lo tiene claro, será más fácil convencerle.
Víctor Manuel
Nada más elocuente que la elección.
William Shakespeare