A menudo lo que nos engaña es únicamente nuestra propia vanidad.
Jane Austen
El verdadero valor de un hombre se determina segun una sola norma: en qué grado y con qué objetivo se ha liberado de su Yo.
Albert Einstein
La música no se cantas se respira.
Alejandro Sanz
Eras la síntesis y la fuente de lo que habías apreciado y decidido respetar, de todo que lo que habías amado.
Anne Rice
Al orne con el miedo nol sabe dulce cosa, non tiene voluntad clara, la vista temerosa, con miedo de la muerte la miel non es sabrosa todas cosas amargan en vida peligrosa.
Arcipreste de Hita
El vino es el amigo del sabio y el enemigo del borracho. Es amargo y útil como el consejo del filósofo, está permitido a la gente y prohibido a los imbéciles. Empuja al estúpido hacia las tinieblas y guía al sabio hacia Dios.
Avicena
Éxito es ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo.
Bernardo Stamateas
El Señor no nos va a preguntar qué hicimos con el dinero, sino qué hicimos con la alegría, inevitable para vivir.
Facundo Cabral
No pongas el amor en mis manos como un pájaro muerto.
Jaime Sabines
Las dos máximas de todo hombre importante en la corte son: guardar siempre la compostura y no guardar nunca su palabra.
Jonathan Swift
Quiero mantener la esperanza, a pesar de que me asusta pensar porqué estamos vivos.
Lana del Rey
Los sentimientos se facilitan, no se imponen. Si alguien ha dejado de sentir amor o afecto, ni debe obligarse a sentirlo, ni podemos exigirle que tenga manifestaciones que no le surgen espontáneamente.
María Jesús Álava Reyes
El sentido común del hombre tiene su propia necesidad; afirma su legitimidad con la única arma que está a su alcance, esto es, la invocación a lo obvio de sus aspiraciones y reflexiones.
Martin Heidegger
El dinero ganado gracias al azar es el doble de dulce que el ganado gracias al sudor de la frente.
Paul Newman
No me interesa formar parte de la cultura dominante, pero eso no significa que sea anarquista. Me gusta que exista porque de lo contrario no sería divertido ir contra ella.
Rabih Alameddine
Y el mar fue y le dio un nombre y un apellido el viento y las nubes un cuerpo y un alma el fuego.
Rafael Alberti