Estaba convencida de que habría podido ser feliz con él, cuando era probable que no se volvieran a ver.
Jane Austen
He soñado siempre con poder volar, desplegar los brazos y no aterrizar, conocer otros lugares y verdades más allá
Amaia Montero
Como diría Antonio Tejero: ¡A sentarse todo el mundo, un poquito de por favor!.
Andreu Buenafuente
Los amigos verdaderos son como los taxis, difíciles de encontrar cuando el tiempo se pone feo.
Anónimo
Yo lo único que tengo de verdad son los sentimientos y los kilos de silicona que me pesan como cristales.
Antonia San Juan
No se aprende nada importante en la vida. Simplemente se recuerda.
Carlos Ruiz Zafón
En 1911, Madero tomó la ciudad capital de México y fue entonces cuando ocurrió el temblor y se cayeron muchos edificios.
Elena Poniatowska
Los Hombres mas sabios siguen su propio rumbo.
Eurípides
Estamos, pues, ante una encrucijada sin salidas fáciles, porque el suelo en el que una nación florece y el tejido en el que su alma se expresa están deshechos.
Javier Sicilia
Recibimos una gran parte de nuestras motivaciones de la cultura a la que pertenecemos, y si queremos ser libres, debemos colaborar a que esa cultura -que puede ennoblecernos, pero también puede encanallarnos- sea lo más libre, rica e inteligente posible.
José Antonio Marina
Me acuso de candor, de haber preferido siempre la inteligencia a la lealtad, de haberme dejado seducir por el brillo de los inteligentes, de no cuidar la fidelísima fidelidad de los fieles.
Leopoldo Calvo-Sotelo
Tu cuerpo es una vía que recorro con mi tren, 'ta lleno de estacones que me copan de placer; me trepo a tus volcanes por la nieve de tu piel y cuando voy bajando, voy esquiando y para en todas ese tren lo tren y acaba en una terminal de lujo que nos tira en el andén.
Miguel Cantilo
Soy una ajedrecista de la dialéctica.
Moria Casán
Lo que he observado es que Dickens escribía con letra muy pequeña, sin duda como reflejo de la estrechez que pasaban sus personajes.
Roberto Fontanarrosa
La confianza produce muchas veces la lealtad.
Séneca
Hombres necios, que acusáis a la mujer sin razón, sin ver que sois la ocasión de lo mismo que culpáis. Si con ansia sin igual solicitáis su desdén, ¿por qué queréis que obren bien, si las incitáis al mal?
Sor Juana Inés de la Cruz