La Tierra en su rápido movimiento alrededor del Sol posee un grado de fuerza viva (energía) tan grande que, si se convirtiese en su equivalente de calor, su temperatura llegaría a ser por lo menos mil veces mayor que la del hierro candente, y el mundo que pisamos, con toda probabilidad igualaría en brillo al mismo sol.
Lo que se imponía era ver a mis exmujeres, por lo menos a dos: la que me dejó y a la que nunca tuve.
No solemos considerar como personas de buen sentido sino a los que participan de nuestras opiniones.