Todo es demasiado caro cuando no se necesita.
James Joyce
Si a los cultos estuviera confiado dar el aliento a los idiomas, todavía estaríamos hablando en latín.
Alfonso Reyes Ochoa
La experiencia y el razonamiento nos prueban que en toda percepción hay trabajo.
Alfred Binet
Las cifras no mienten, pero los mentirosos también usan cifras.
Anónimo
No hay en el mundo señorío como la libertad del corazón.
Baltasar Gracián
Hasta la misma fantasía tiene sus límites.
Fiódor Dostoyevski
Mi obra perturba a la gente y nadie quiere ser perturbado. La gente no es plenamente consciente del efecto que mi trabajo tiene sobre ellos, pero ellos saben que es perturbador.
Louise Bourgeois
¿Por qué -me dije- no presento este novísimo caso de un autor que se niega a dar vida a algunos de sus personajes, nacidos vivos en su fantasía, y el caso de estos personajes que, teniendo infusa ya en ellos la vida, no se resignan a permanecer excluidos del mundo del arte?
Luigi Pirandello
Estoy iluminado con tu sencillez, todos los días amor, toda la vida...
Luis Alberto Spinetta
Las horas que limando están los días que royendo están los años.
Luis de Góngora
Se puede decir entonces que la política es guerra sin derramamiento de sangre, en tanto que la guerra es política con derramamiento de sangre.
Mao Zedong
Las pseudociencias son como las pesadillas: se desvanecen cuando se las examina a la luz de la ciencia.
Mario Bunge
Llorar es el acto más humano que existe, en una sociedad hoy deshumanizada; así nacemos y eso nos da nuestro primer aliento de vida.
Rossy de Palma
El vizcaíno es emprendedor; el español nada emprende, a nada se atreve, para nada vale (examinad el estado de sus colonias). El vizcaíno no vale para servir, ha nacido para ser señor; el español no ha nacido para más que para ser vasallo y siervo. El vizcaíno degenera en carácter si roza con el extraño; el español necesita de cuando en cuando una invasión extranjera que le civilice.
Sabino Arana
Nunca serás rico trabajando para otros. Solo lo serás trabajando para ti.
Victoria Abril
Algunos se rinden con un suspiro de resignación. Otros luchan un poco, y luego pierden esperanzas. Otros, y me incluyo entre ellos, nunca se rinden. Luchamos y luchamos y luchamos. Luchamos no importa lo que cueste la batalla, las pérdidas, la poca probabilidad de vencer. Luchamos hasta el final. No se trata de coraje. Es algo constitucional, una incapacidad de abandonar. Tal vez sólo se deba a la sandez de ansiar la vida.
Yann Martel