Tienes que ser tu mejor versión y no rendirte nunca.
James Franco
Estoy firmemente convencido de que la mayoría de los pueblos del mundo prefieren vivir en paz y en seguridad. El deseo de paz de la humanidad sólo puede convertirse en realidad mediante la creación de un gobierno mundial.
Albert Einstein
Para vivir como es debido, el breve tiempo de la vida resulta bastante largo.
Cicerón
La ferocidad del mío; de algún lugar debió de llegar, dado que su existencia resulta evidente y, por lo que sabemos, siempre nos ha compañado. ¿Siempre?
Doris Lessing
Con el miedo y el odio no se razona.
Giorgio Bassani
Aquel que conoce la historia puede también hacer el futuro. Hacer el futuro y pasar sobre el pasado es lo mismo.
Hideo Kojima
Debía tratarse de una enfermedad natural... Aunque resultaba imposible conjeturar qué clase de enfermedad producía aquellos terribles resultados.
Howard Phillips Lovecraft
El verdadero realismo consiste en revelar las cosas sorprendentes que se mantienen cubiertas por el hábito y nos impiden ver.
Jean Cocteau
Doña Flor tan desnuda como él, uno con la desnudez del otro vistiéndose y completándose.
Jorge Amado
La venganza no es menos vanidosa y ridícula que el perdón.
Jorge Luis Borges
Ella lo ha hecho todo.
Juan Bosco
¡Oh miseria humana, a cuántas cosas te sometes por el dinero!
Leonardo da Vinci
El interés teórico de la ingeniería de sistemas y la investigación de operaciones recae en el hecho de que sea posible someter al análisis de sistemas entidades cuyos componentes son de lo más heterogéneos: hombres, máquinas, edificios, valores monetarios y de otros, insumos de materia prima, salida de productos y otras muchas cosas.
Ludwig Von Bertalanffy
Yo me debo al pueblo salvadoreño y el pueblo salvadoreño mayoritariamente ni entiende, ni sabe lo que es el socialismo del Siglo XXI, porque el pueblo salvadoreño lo que quiere es que haya más democracia, que haya más justicia social, que se paguen mejores salarios, que haya más trabajo.
Mauricio Funes
Lo que abunda no daña.
Proverbio
Dios nos envía los alimentos y el demonio los cocineros.
Thomas Deloney