Karma es el principio del conocimiento. Después, está la paciencia.
James Clavell
La expresión más auténtica de un pueblo está en sus danzas y su música. Los cuerpos nunca mienten.
Agnes De Mille
El Fulham es un gran equipo del que no sé nada.
Enrique Cerezo
Creía en el poder de la razón para descubrir la verdad, redimir la dignidad y la sabiduría de la raza humana.
Eugenio María de Hostos
Hace rato que le han debido dar a Vallejo el premio Nobel, pues es el mejor escritor del país. Es superior a García Márquez.
Fernando Vallejo
En las grandes adversidades toda alma noble aprende a conocerse mejor.
Friedrich Schiller
Estados Unidos fue fundado por la gente más brillante del país. Y no la hemos visto desde entonces.
Gore Vidal
Sólo porque no recuerde ciertas cosas, no quita el sentido a mis actos.
Guy Pearce
Hay viejas que darían su alma por encontrar la fuente de Juvencio.
Ignacio Manuel Altamirano
Es como que estoy en la 4ta dimensión y alguien me pide que lo describa, y de eso se trata la 4ta dimensión. No hay palabras, ni los símbolos, las imágenes no son todo reales de energía pura y vibraciones.
John Frusciante
No nos enamoramos del potencial del otro, sino de lo que el otro verdaderamente es. Y mientras estemos juntos, alentémoslo para que lo deje salir cada vez más.
Jorge Bucay
Lo que más vale en el hombre es su capacidad de insatisfacción.
José Ortega y Gasset
Pido perdón al tiempo. Pongo mi palabra en plaza pública - qué más da - para que le muerda un perro, le agreda la intemperie, le asfixie el smoke de tanta mentira, de tanto olvido putrefacto, que no pudo pasar por los sumideros sociales; y tanta moda burda...
Luis Alberto Costales
Dejemos de discutir lo que debe ser un hombre bueno... y procuremos serlo.
Marco Aurelio
La comprensión del aprendizaje debe ser genética. Debe referirse a la génesis del conocimiento. Lo que un individuo puede aprender, y cómo lo aprende, depende de los modelos con que cuenta.
Seymour Papert
Nos produce náusea la vista de personalidades triviales que se descomponen en la eternidad de lo impreso.
Virginia Woolf