En mis labios te sé, te reconozco, y giras y eres y miras incansable y toda tú me suenas dentro del corazón como mi sangre.
Jaime Sabines
Tu caballito desbocado ves, quiere decirte te quiero.
Amaia Montero
Todos los pueblos del mundo deben unirse para conseguir lo más sagrado, que es la libertad, que es el bienestar económico, que es el sentimiento de no tener absolutamente ningún problema insalvable por delante.
Che Guevara
Si no aprendes a reírte de los problemas no tendrás nada de lo que reírte cuando seas viejo.
Edgar Watson Howe
Corazón: no te atormentes porque traicionen tu amor, espera un tiempo mejor y jamás te desalientes.
Elías Nandino
El hombre es un animal no social, sino cordial, y la familia es la forma menos imperfecta de la cordialidad humana.
Fernando Sánchez Dragó
Las máquinas serán capaces de realizar el trabajo de cualquier hombre.
Herbert Simon
Hay en todas las cosas un sentido filosófico.
Joaquim Machado de Assis
Amar es arriesgarse a que no le quieran. Esperar es arriesgarse a sentir dolor. Intentar es arriesgarse a fracasar. Pero hay que arriesgarse. Porque lo más peligroso en esta vida es no arriesgar nada.
Leo Buscaglia
Yo no voy a trabajar bajo la conducción del Sr. Segovia, es imposible pensarlo. Yo se que no debo tomar partido por mi empleador, pero sí necesito que coincidamos respecto a la tarea que vamos a hacer en común.
Marcelo Bielsa
Supongo que pelear por amor tiene más sentido que todas las demás razones.
Peter O'Toole
Sentía levantarse en mi alma de aventurero, de hidalgo y de cristiano, el rumor augusto de la Historia.
Ramón María del Valle-Inclán
Hoy se habla mucho de combatir el ruido, aunque es mucho más importante combatir el silencio. En la lucha contra el ruido está en juego la tranquilidad de nuestros nervios; en la lucha contra el silencio, la vida humana.
Ryszard Kapuściński
Si crees en algo debes tener el valor de llevarlo hasta el final.
Sheldon Adelson
No importa lo rico que sea un país, sino lo desigual que sea.
Tony Judt
Las aventuras amorosas comienzan en champán y terminan en la manzanilla.
Valery Larbaud