Despiértate pensando vagamente que el portero de noche os ha llamado. Y escucha en el silencio: sucediéndose hacia lo lejos, se oyen enronquecer los tranvías que llevan al trabajo. Es el amanecer.
Jaime Gil de Biedma
Nada de lo que tengo en mis manos me pertenece. Ni siquiera mis manos.
Alejandro Lanús
Esto ocurre aquí y en cualquiera de las llamadas grandes democracias. Mientras en los países totalitarios el pueblo es un esclavo sin voz ni voto, en los democráticos es un paralítico con la ilusión de la libertad al que las pandillas financieras usurpan la voluntad hablando de sus mandatos.
Arturo Jauretche
No bebo ni fumo. Es una preferencia personal. Mi madre nunca ha bebido o fumado y la admiro por ello.
Ashley Tisdale
Útil es todo lo que nos da felicidad.
Auguste Rodin
Tenemos dos reglas de oro para la política mexicana. Una es benigna: la no-reelección. Otra es más severa: el exilio. Pero la razón es la misma: todo malhechor es reincidente.
Carlos Fuentes
Los hombres son sabios no en proporción a la experiencia recibida, sino a su capacidad de experiencia.
George Bernard Shaw
Morir es nada cuando por la patria se muere.
José María Morelos
Noche de tenues suspiros platónicamente ilesos: vuelan bandadas de besos y parejas de suspiros.
Julio Herrera y Reissig
El sentido del mundo debe quedar fuera del mundo. En el mundo todo es como es y sucede como sucede: en él no hay ningún valor, y si lo hubiera no tendría ningún valor.
Ludwig Wittgenstein
Cuando tú has visto que existen otros estados de percepción diferentes del que te produce el consumo de la tortilla de patatas entonces entiendes mejor lo que hay después de la vida.
Luis Racionero
Todos los silencios de la tierra son pétalos de tu flor.
Marguerite Yourcenar
Cuando juego con mi gata ¿quién sabe si ella no me hace más deportista a mí que yo a ella?
Michel de Montaigne
El que sabe amar, ama la verdad, se alegra con la verdad, no la teme, porque tarde o temprano ella nos libera de todo.
Paulo Coelho
¿No andará mal de la vista, don Inodoro?
Roberto Fontanarrosa
El amor no posee ni será poseído, porque es suficiente en sí mismo.
Yibrán Jalil Yibrán