Un gobernante debe aprender a persuadir y no a obligar.
Jack Herbert
El hombre es a veces más generoso cuando tiene poco dinero que cuando tiene mucho, quizá por temor a descubrir su escasa fortuna.
Benjamin Franklin
Las palabras, una vez impresas, tienen vida propia.
Carol Burnett
El buen humor nos salva de las manos del doctor.
Dráuzio Varella
Olvida al enemigo del pasado. No pienses en él, no vuelvas al lugar donde fuiste herida.
Eva García Sáenz de Urturi
¡El amor es más fuerte que la Muerte, y la Muerte más fuerte que el olvido!
Francisco Villaespesa
Según la opinión general, mi interpretación se ha caracterizado por una sonoridad demasiado débil o, mejor dicho, demasiado delicada para el gusto de los oyentes vieneses, acostumbrados a escuchar a los artistas destrozando su instrumento No importa; es imposible que no haya algún pero, y prefiero esto a oír decir que toco demasiado fuerte.
Frédéric Chopin
Pero ahora me sonó a cosa mala y llena de pecado. Me dio miedo y, sin embargo, ansiaba observar de cerca su trabajo maligno.
James Joyce
Guarda más de lo que enseñas, di menos de lo que sepas, presta menos de lo que tengas.
John Irving
Las uniones de hecho están produciendo muchísimo más deterioro en la convivencia y se produce más violencia en el seno de las uniones de hecho que en las uniones matrimoniales.
José María Álvarez del Manzano
Para conducir a un pueblo la primera condición es que uno haya salido del pueblo, que sienta y piense como el pueblo. Quien se dedica a la conducción debe ser profundamente humanista: el conductor siempre trabaja para los demás, jámas para él.
Juan Domingo Perón
El otro día justo estaba pensando... Los cuentos que a mí más me gustan son de amor y de guerra.
Marcelo Birmajer
Desear no conduce a nada, a menos que esté respaldado por la acción y el empeño.
Orison Swett Marden
Yo soy el macho argentino, pero además lo represento en todo sentido, habilidad, picardía y fuerza.
Oscar Bonavena
No voy mucho al cine.
Tom Felton
La prudencia puede detener un momento lo que no es capaz de impedir para siempre; pues, en un arrebato, los consejos, embotando un poco nuestra pasión, consiguen aguzar nuestra inteligencia.
William Shakespeare