Si todos los que admiran a Shakespeare lo leyeran, ¡pobre Shakespeare! Acaso no fuese tan admirado, porque nada gana un poeta con ser leído, como nada gana un campo de flores con ser pisoteado.
Jacinto Benavente
Cada país llama cultura a sus manías.
Andrés Rábago García
Si te mantienes haciendo lo correcto, el éxito llegará.
Arnold Schwarzenegger
Esos que pretenden, para reformarnos, vencer nuestro instinto criminal, que nos den primero de comer. De moral hablaremos después. Esos que no se olvidan de cuidar nuestra formación, sin que por ello dejen de engordar, escuchen esto: por más que le den vueltas, primero es comer, y después de hartos ¡venga la moral!
Bertolt Brecht
La gran diferencia entre el sexo pagado y el sexo gratis es que el sexo pagado es más barato.
Brendan Francis Behan
No quiero entrar en polémicas. Si hablo lo que pienso siempre, me mataban.
Cristiano Ronaldo
La gente que no para de trabajar lo hace para no tener tiempo de acordarse de que no tiene nada que hacer.
Francis Picabia
¿Qué es el pensamiento único? La traducción a términos ideológicos de pretensión universal de los intereses de un conjunto de fuerzas económicas, en especial, las del capital internacional.
Ignacio Ramonet
Hace más ruido un sólo hombre gritando que cien mil que están callados.
José de San Martín
Las expectativas hacen algo más que anular las sorpresas, embotan las emociones, las banalizan, todo lo que se deseaba o temía ya había sido vivido mientras se deseó o temió.
José Saramago
El humorista es un hombre de buen mal humor.
Jules Renard
Sin tiempo de pararse a pensar, la única esperanza es el próximo trago.
Malcolm Lowry
Es extraordinario lo potente que es la mala música.
Noël Coward
Diríjase a toda mujer como si estuviera enamorado de ella y a todo hombre como si le estuviera molestando a usted. Y pronto tendrá fama de poseer el más exquisito trato social.
Oscar Wilde
Amo más al ratón Mickey que a cualquier mujer que haya conocido.
Walt Disney
Él que sobre todas las cosas amaba la muerte, y que quizá sólo amaba a la muerte, amó y vivió con deliberada y pervertida curiosidad, tal y como ama un enamorado que deliberadamente se reprime ante el prodigioso cuerpo complaciente, dispuesto y tierno de su amada, hasta que no puede soportarlo y entonces se lanza, se arroja, renunciando a todo, ahogándose.
William Faulkner