El enemigo sólo empieza a ser temible cuando empieza a tener razón.
Jacinto Benavente
Natsukashii designa la nostalgiafeliz el momento en que el recuerdo hermoso regresa a la memoria y la llena de dulzura.
Amélie Nothomb
Gran psicólogo es Beethoven y portavoz ecualitario del humano dolor, exhalado de las almas humildes como de las que se tienen por linajudas... Abandonando sus oídos a la onda musical, y dejándolos que en ella se anegaran, Cintia y su caballero a un tiempo tocaban y oían la música de sus almas. Sin molestar a los circunstantes hallaron a modo de secretear cuanto quisieron y de comunicarse con susurro pianissimo.
Benito Pérez Galdós
Todas nuestras vidas empezaron con el afecto humano como primer soporte. Los niños que crecen envueltos en afecto, sonríen más y son más amables. Generalmente son más equilibrados.
Dalai Lama
El premio que busco en esta vida es salud para poder seguir trabajando.
David Bisbal
Pero te advierto que el dios que invocaba es sólo polvo y ceniza, y al invocarle lo confundía de extraña manera con el propio demonio que le engendró a él.
Emily Brontë
La felicidad es amor, no otra cosa. El que sabe amar es feliz.
Hermann Hesse
El más dulce de todos los sonidos es la alabanza.
Jenofonte
Que siempre para un pesar, por ocupada que esté, sobra en el alma lugar.
Juan Pérez de Montalbán
El lunes una parte de la familia se fue a sus respectivos empleos y ocupaciones, ya que de algo hay que morir.
Julio Cortázar
El porvenir no me inquieta; lo que es duro a veces es el presente.
Julio Verne
Durante nuestra vida, nosotros dos no hemos perseguido sino una sola cosa; una visión cruel, sanguinaria, indestructible: la substancia... Yo no he hablado nunca de los detalles de la vida cotidiana; son caracolas vacías.
Nikos Kazantzakis
Los periodistas son como chacales, y uno no puede permitir que los chacales lo muerdan. Tiene que ir para otro lado.
Robert De Niro
El que guarda su boca y su lengua, su alma guarda de las angustias.
Salomón
¡Oh Señor y verdadero Dios mío! Quien no os conoce, no os ama.
Teresa de Jesús
Y cuando tú suspiras entre besos, escucho la blanca Belleza también suspirando por aquella hora cuando todo deberá consumirse cual rocío.
William Butler Yeats