Nunca he comprendido que los hombres ni los pueblos quieran volver a vivir una sola hora de su vida pasada. Bien pasado está todo lo pasado.
Jacinto Benavente
Con él -Senna- murió gran parte de mi vida.
Alain Prost
Cada vez está más triste y más violento el corazón de Canek. Antes hablaba y decía su pensamiento. Ahora casi ha enmudecido; aprieta los puños y se va solo por los caminos de espinas, de piedra y de sol. Le acompaña su sombra. En los ojos de Canek se ha encendido la sangre de los indios. La sombra de Canek es roja.
Ermilo Abreu Gómez
La ley se ha pervertido bajo la influencia de dos causas muy diferentes: el egoísmo carente de inteligencia y la falsa filantropía.
Frédéric Bastiat
La gente aguantaba que les mordiera un lobo pero lo que verdaderamente les sacaba de quicio era que les mordiera una oveja.
James Joyce
¿Qué es el pueblo sino un confuso rebaño, una turbamulta heterogénea, que exalta las cosas más vulgares?
John Milton
Adoremos a los dioses, pero entendamos que la divinidad a la que adoramos está más allá de nuestra comprensión.
John Templeton
Te matarán las llamaradas camarada, para nada pararás la ráfaga que K te lanza a la cara.
Kase.O
Teníamos dos opciones, estar calladas y morir o hablar y morir, y decidimos hablar.
Malala Yousafzai
Cualquier persona con algún grado de personalidad o inteligencia no puede ser feliz.
Marilyn Manson
Los intereses particulares hacen olvidar fácilmente los públicos.
Montesquieu
La vida es la constante sorpresa de saber que existo.
Rabindranath Tagore
Fiado en el instinto que me empuja desprecio los peligros que señalas. El ave canta, aunque la rama cruja: ¡Como que sabe lo que son sus alas!
Salvador Díaz Mirón
La brisa buena sopló, la espuma blanca voló, el surco seguía libre detrás; éramos lo primero que alguna vez irrumpía dentro de ese mar silencioso.
Samuel Taylor Coleridge
Si no puedes ser fuerte, y sin embargo no puedes ser débil, eso resultará en tu derrota.
Sun Tzu
Así, pues, como hombres valientes y animosos, acordándoos de vuestra virtud y esfuerzo, acometed con ánimo y corazón a vuestros enemigos, y pensad que la necesidad en que podemos encontrarnos es mucho más de temer que las fuerzas y poder de los enemigos.
Tucídides