No es oro todo lo que reluce, ni todo lo que anda errante está perdido.
J. R. R. Tolkien
¿Qué pasa con los actores? Dios sabe que me aburro con los actores que hablan de sí mismos.
Alan Rickman
No se puede crear arte cuando uno no tiene qué decir.
André Malraux
En la España alucinada de todos estos años la comunicación sobre las cosas ha sido mucho más importante que las cosas mismas, hasta el punto de que ya no se podía distinguir entre un hecho real y lo que se llamaba su impacto mediático.
Antonio Muñoz Molina
Sin ti las emociones de hoy sólo serían las envolturas muertas de las del ayer.
Artus de Penguern
Una de las principales enfermedades del hombre es su inquieta curiosidad por conocer lo que no puede llegar a saber.
Blaise Pascal
Soy un gran patán que toma cervezas y fuma habanos. Así es como debemos ser, así es como Dios quiso que fuéramos todos los hombres.
Charlie Sheen
No envidio ninguna cualidad de la mente o el intelecto en los demás, ni el genio, el poder, el ingenio, ni la fantasía, pero, si tengo que elegir la que sería más deliciosa, y según creo, más útil para mí, yo preferiría una firme creencia religiosa más que todas las demás bendiciones.
Humphry Davy
Se encogió de hombros para librarse del dolor del fracaso..., el dolor del fracaso que es muchísimo más intenso que el placer del éxito.
Ian Fleming
No todo lo que es oro reluce, ni toda la gente errante anda perdida.
Amando, se poseen todas las primaveras.
Juana de Ibarbourou
Gatos haciendo el amor en el templo. La gente culparía a un hombre y una mujer por aparearse en tal lugar.
Kawai Chigetsu
Yo lamentaba no haberle dicho a tiempo cuánto la amaba y cuánto la necesitaba. Era un sentimiento de pérdida tan hondo que no me consolaba de haberlo silenciado.
Miguel Delibes
Un hombre que moraliza es, generalmente, un hipócrita; y una mujer que moraliza es, invariablemente, fea.
Oscar Wilde
Yo soy un tipo a quien podía llamársele no conformista apacible.
Pío Baroja
Qué agradable es poder confesar sus intimidades en público, ¿No le parece, caballero? ¿Hay muchos en mi lugar que pueden sentarse impunemente- te a la mesa de un café y entablar una amable conversación con un desconocido como lo hago yo? No. Y, ¿Por qué no hay muchos, puede contestarme? - No sé... - Porque mi semblante respira la santa honradez.
Roberto Arlt