Para la mente bien organizada, la muerte no es más que la siguiente gran aventura.
J. K. Rowling
El procedimiento más seguro de hacernos más agradable la vida es hacerla agradable a los demás.
Albert Guinon
Hitler ordenó: destruir completamente Varsovia. Calle por calle, casa por casa, con explosivos y lanzallamas arrasaron toda la ciudad mientras el mundo nos daba la espalda.
Blanca Miosi
No soy la única persona que de niña pasó por el caos o la tristeza, gritar y pelear y ver cosas terribles desde una edad muy joven. Quise ser la voz de esas personas, de mis fans.
Christina Aguilera
Hay personas en las que la virtud sienta tan mal como el vicio.
Dominique Bouhours
El favoritismo nos grava más pesadamente que muchos millones de deuda.
Edmund Burke
La esencia de la felicidad consiste en que aceptes ser el que eres.
Erasmo de Róterdam
En el viaje de la vida van los ricos a caballo; los caballeros, a pata, y los pobres, arrastrando.
Francisco Rodríguez Marín
Cada hombre lleva un fantasma de mujer, no en la imaginación que entonces sería fácil de expulsarle; sino circulando en su sangre, y cada mujer un fantasma más o menos concreto de hombre.
Gregorio Marañón
Los religiosos han matado, difamado, encarcelado y asesinado en aras de imponerles sus cadenas religiosas a la humanidad.
Ismael Leandry Vega
Únicamente nosotros. Cada uno es responsable de su propia vida. Somos responsables de en qué nos hemos convertido.
Joël Dicker
Pues una buena doctrina no debe apresarnos, se la puede sugerir, como la prescripción del médico. Pero aquí debemos ser apresados y volteados. (Esto quiere decir que así lo entiendo yo.) Y una vez volteados, debemos permanecer así.
Ludwig Wittgenstein
Tanto es una ventura buena, cuanto es duradera, y tanto es duradera, cuanto es honesta.
Miguel de Cervantes
He estado en la guerra, y no es fácil de matar. Es sangrienta y sucia y totalmente horrible, y las consecuencias son graves.
Oliver Stone
El amor es como la fortuna; no le gusta que vayan detrás.
Théophile Gautier
Es la lejanía la que presta encanto a la contemplación y viste las montañas con un cendal de suave azul.
Thomas Campbell