Fue una temporada extraña, llena de nerviosismo, un verdadero caos en el que sentimientos opuestos, pensamientos, sospechas, esperanzas, alegrías y sufrimientos se arremolinaban en un torbellino.
Iván Turguénev
Detesto el victimismo y pago sin vacilaciones el peaje de la independencia.
Antonio Escohotado
Era cojonudo escuchar el ruido de los neumáticos de un gran automóvil sobre el pavimento. Hacían un ruido hueco y rotundo.
Boris Vian
Toda la historia ha sido la historia de la lucha de clases entre las clases dominadas en distintas etapas del desarrollo social.
Friedrich Engels
La irrupción de las nuevas tecnologías nos obliga a educar a los niños de forma distinta.
Howard Gardner
Los traicioneros son siempre desconfiados.
J. R. R. Tolkien
Quién da todo, quisiera dar más.
José Narosky
Las agonías del remordimiento envenena los pequeños placeres que algunas veces produce el exceso de pena.
Mary Shelley
Dicen que escribir ayuda a comprender los problemas, conmigo funciona la inversa: cada día estoy más confundido.
Pedro Juan Gutiérrez
En el alma de un esclavo no puede hallarse el menor resquicio donde pueda albergarse la virtud, y que ningún hombre sensato puede fiarse nunca de ellos. El más sabio de los poetas (Homero) declara así, refiriéndose a Zeus, nos dice: al hombre que cae en esclavitud, Zeus le priva la mitad de su alma... Las Leyes. Libro VI.
Platón
Querría que el mundo entero fuese mi enemigo. Las personas inteligentes que están contra mí son muy estimables. Lo peor, lo terrible, son las personas tontas que me defienden.
Salvador Dalí
Sobrevivir es la única gloria en la guerra.
Samuel Fuller
¡Si puedo hacerlo todo! ¿Por qué no habría de poder tenerlo todo?
Toni Morrison
Aquella noble arquitectura era toda simplicidad; cada ornamento, colocado en su propio lugar, parecía ocuparlo como obedeciendo a una necesidad.
Voltaire
Mi consejo a un hombre joven que busca fama inmortal sería el atarse a una causa impopular y dedicar su vida a ella.
Wendell Phillips
Vale más tener un modesto origen y vivir satisfecho entre los humildes, que pavonearse en un enojo espléndido y revestir una tristeza de oro.
William Shakespeare