Todas las malditas religiones, unas más que otras, son un atentando en contra: de la creatividad humana; del desarrollo de una menteracional y científica; de la filosofía; de la maravilla de pensar profunda y racionalmente.
Ismael Leandry Vega
No conocemos porque no queremos conocer.
Aldous Huxley
Las calles estaban vacías, pero de alguna forma parecían llenas de vida. Todo tenía significado: la lluvia, la luz de una farola, un jardín, un árbol, un viejo portón de madera... El mundo estaba pintado con una paleta de sensaciones.
Alfredo de Hoces
La idea de ir a Italia se le aparecía aún más oscura cuando consideraba la tumultuosa situación de aquel país, conmovido por revueltas civiles, en las que cada pequeño estado estaba en guerra con sus vecinos y todos los castillos en peligro de ser atacados por invasores.
Ann Radcliffe
Lo que embellece al desierto es que en alguna parte esconde un pozo de agua.
Antoine de Saint-Exupéry
Un hombre sin miedo es un hombre sin esperanzas.
Ben Affleck
Los magos pueden lograr más por medio de la fe que los médicos por la verdad.
Bruno Cicognani
Todas las cosas aparecen y desaparecen por la concurrencia de causas y condiciones. Nada existe completamente solo; todo está en relación con todo lo demás.
Buda Gautama
Se estremeció, como ante algo inevitable y pavoroso recordó muy de pasada que la vida nunca es agradable y grata, que hay un fin misterioso y horrible para todas las cosas, y penetró, hallándose en una sala muy amplia ilumina da por la luz del sol.
Francisco Tario
El perro fue creado especialmente para los niños. Él es un dios de la diversión.
Henry Ward Beecher
Todos somos mortales. Nosotros y nuestras obras.
Horacio
La soledad persigue al hombre como la sombra a su cuerpo.
Juan Cardona Pescador
El sacrificio es parte de la vida. Es algo que debe asumirse. No es algo que se deba lamentar. Es algo a lo que debemos aspirar. Pequeños sacrificios. Grandes sacrificios.
Mitch Albom
La opinión pública es un poder al que nada resiste.
Napoleón Bonaparte
Nada hace más honor a una mujer que su paciencia, y nada la honra menos que la paciencia del marido.
Petrus Jacobus Joubert
Ya sólo chocaron tu cuerpo y el mío como dos pedernales. Al amanecer me sorprendí de que respiraras todavía.
Roberto Obregón