Las leyes fueron inventadas por los fuertes para dominar a los débiles, que son muchos más.
Isabel Allende
Por ti, por tu palpitar, doy la vida al besar tu boca en flor.
Alfredo Le Pera
Sonriendo a la vida si no te sonríe ella a ti.
Amaia Montero
... yo creo que los escribas encontraron un número sumamente reducido de ejemplares, quizá no más de dos o tres.
Baruch Spinoza
La distancia es la piedra de toque de los verdaderos afectos.
Enrique Lacordaire
Tenemos la suerte de que una crisis como esta sólo se produzca una vez cada 80 años.
José Luis Rodríguez Zapatero
Kilos de escayola para recomponer mi espíritu.
Kase.O
Quiero volver a los orígenes del cine: a la improvisación; eliminar esa Gestapo que es el guión, para que de cada plano crezca un pedazo de universo.
Luis García Berlanga
Quiero dominar el mundo. Cada vez que alcanzo la cima de un pico descubro otro al que quiero subir. Es como si no pudiera parar. Quizá debería descansar y admirar el paisaje, pero no puedo. Tengo que seguir. ¿Por qué? No lo sé...
Madonna
Dejen a los muertos en paz, si los que están adentro no pueden salir y los que estamos afuera no queremos entrar.
María Félix
Seguir las normas es siempre mucho más sencillo: te evitas los remordimientos y las culpabilidades, te ahorras las inseguridades y, encima, puedes sentirte orgullosa de lo que has hecho.
Matilde Asensi
Cada individuo debe llevar su vida de tal forma que los demás pueden respetarla y admirarla.
Michel Foucault
En realidad, los seguros de vida son seguros de muerte.
Ramón Gómez de la Serna
Una vida es demasiado corta para el amor verdadero y por eso las almas vagan por las distintas existencias buscando desesperadamente a su otro yo.
Sandra Barneda
Parece, pues, que la posibilidad espiritual de encontrar la salvación en el reposo está universalmente difundida entre los hombres.
Thomas Mann
Si me fuera a reencarnar, quisiera volver al mundo como un buitre: nadie lo odia, ni lo envidia, ni lo desea, ni lo necesita; jamás lo molestan y nunca está en peligro; además, le mete el diente a cualquier cosa.
William Faulkner