Frase de Isabel Allende

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Después de la muerte de mi hija Paula, pasé tres años tratando de exorcizar la tristeza con ritos inútiles. Fueron tres siglos con la... - Isabel Allende

Después de la muerte de mi hija Paula, pasé tres años tratando de exorcizar la tristeza con ritos inútiles. Fueron tres siglos con la sensación de que el mundo había perdido los colores y un gris universal se extendía sobre las cosas inexorablemente.

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Si tú también lo sientes, si a ti también te apetece, no lo pienses, vámonos, ya somos dos.

La mayor parte de los seres tiene que estar conquistando y reconquistando incesantemente al ser que desea, que no se ofrece a ellos sin combate.

Yo creía que el odio que sentía era mío, hasta que descubrí que procedía de los auriculares.

Andrés Rábago García

Las más excelsas, las más variadas y duraderas alegrías son las espirituales.

Arthur Schopenhauer

Éste llama a una ambulancia, éste otro a una funeraria. Voy a preguntárselo otra vez y dependiendo de la respuesta escogeré uno u otro.

Billy Bob Thornton

No existen fenómenos morales, sino sólo una interpretación moral de los fenómenos.

Friedrich Nietzsche

Para cantarle al amor no se precisa experiencia: se forma un nido entre dos y lo demás... va sin letra.

Homero Expósito

Los demonios pierden su poder cuando los sacamos de las profundidades donde se esconden y los miramos de frente en plena luz.

La función del ser humano es vivir, no existir. No voy a gastar mis días tratando de prolongarlos, voy a aprovechar mi tiempo.

Yo sigo creyendo que todo lo que necesitas es amor, pero no creo que con decirlo baste.

Para autodepender, voy a tener que pensarme a mí como el centro de todas las cosas que me pasan.

¿Ejerce la televisión un papel importante sobre la mentalidad de su hijita? Esté seguro de que sí. Pero usted puede controlarlo.

Tengo una boca y no tengo miedo de usarla.

Llevo tantos años sangrando que no temo ahogarme, me lanzaste tus manos, por ello te amo pero, ya era tarde...

Ningún vizcaíno digno de este nombre podría ya vivir en su patria, si no tuviese la esperanza de vengarla algún día.

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