La suerte favorece sólo a la mente preparada.
Isaac Asimov
Cuando vienes al mundo, lloras. Cuando mueres, el mundo calla.
Cecilia
No hay que olvidar el maravilloso poder del teatro, su efecto inmediato sobre el espectador. No existe instrumento mejor de propaganda.
Émile Zola
Para vivir solo hay que ser un animal o un dios -dice Aristóteles-. Falta el tercer caso: hay que ser ambas cosas - un filósofo.
Friedrich Nietzsche
La belleza está constituida por la objetivación del placer. Es placer objetivado.
George Santayana
Hablas como si eso estuviese dentro de mi voluntad, como si me quedara elección, Frederick. No es ése el caso. No tengo ninguna elección. No fui yo quien escogió la magia: ella me escogió a mí.
Hermann Hesse
Sólo hay dos maneras de conseguir en el mundo: por la propia industria, o por la estupidez de los demás.
Jean de la Bruyere
No debiera llamarse Bach ('arroyo', en alemán), sino Meer ('mar').
Johann Sebastian Bach
Una doctrina hoy excelente puede resultar un anacronismo dentro de pocos años, fuerza de no evolucionar y de no adaptarse a las nuevas necesidades. Por eso hemos puesto, como primera tarea para la Escuela, el desarrollarla, terminarla y después mantenerla al día, para adaptarla a la evolución.
Juan Domingo Perón
Un hombre que llamase a todas las cosas por su nombre, apenas podría transitar por las calles sin ser derribado como un enemigopúblico.
Lord Halifax
Mi tesis es que la vida que hay sobre la Tierra puede cuidar de sí misma.
Michael Crichton
Me miré con los ojos de quien me odia, y me sentí eufórico, porque TODO es psicológico.
Nach
Pero el camino verdadero para conseguir la felicidad pasa por hacer felices a los demás.
Robert Baden-Powell
Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee a la mente.
Robert Bolt
No puedo dejar de pensar que el que encuentra una cierta proporción de dolor y males inseparablemente ha zigzagueado en la vida de los propios gusanos, llevará su propia parte, con más coraje y sumisión.
Thomas Henry Huxley
Dios aparece mucho más en los orgasmos que en las charlas teológicas.
Valérie Tasso