Cualquier sistema como la Eternidad, que permite a los hombres elegir su propio futuro, terminará eligiendo la seguridad y la mediocridad, y en esa Realidad las estrellas están fuera del alcance. La mera existencia de la Eternidad elimina de un plumazo el Imperio Galáctico. Para restaurarlo, debe acabarse con la Eternidad.
Toda persona benévola debería permitir en sí mismo algunas faltas para tener contentos a sus amigos.