Administra mal quien gasta ciegamente los ingresos, sin poder distinguir luego, en los apuros, qué parte de los ingresos puede soportar el gasto y qué otra parte hay que librar de él.
Immanuel Kant
Los libros son, entre mis consejeros, los que más me agradan, porque ni el temor ni la esperanza les impiden decirme lo que debo hacer.
Alfonso V de Aragón
La vida debe ser vivida, no debe ser negociada ni conceptuada o resumida como un patrón de reglas.
Bruce Lee
Si el dolor no madura, nada puede hacerlo.
Eduardo Angeloz
En Hollywood la sobriedad es el enemigo público número uno.
Hedda Hooper
Dos cosas llenan el espíritu de admiración y espanto siempre nuevos y siempre crecientes: encima de mí el cielo estrellado, y la leymoral dentro de mí mismo.
De que vale la vida si cuando se tiene parece muerta. La vida es para vivirla, para sentirla, para vibrarla. Eso justifica nuestro paso por la Tierra.
Jaime Pardo Leal
¿Y cómo huir cuándo no quedan islas para naufragar?
Joaquín Sabina
Cuando era pequeño -se dijo- me gustaba explorar. Y entonces vivía en Berlín, donde lo conocía todo y podía encontrar cualquier cosa que quisiera con los ojos vendados. Aquí está todo por explorar. Quizá haya llegado el momento de empezar.
John Boyne
No, al miedo no te acostumbras; tampoco desaparece. Aprendes a convivir con él sin dejarle ganar, nada más.
Matilde Asensi
En esta jungla de animales que juegan a ser hombres.
Mucho Muchacho
Los niños necesitan más de modelos que de críticos.
Petrus Jacobus Joubert
Dentro de tressemanas y media el Metropolitan celebra su gala anual... y vamos a robarla.
Sandra Bullock
La erudición oportuna que tanto nos seduce en ciertos amenísimos conversadores, no es, a menudo, sino el arte sutil de llevar al interlocutor al terreno de recientes lecturas.
Santiago Ramón y Cajal
El que manda debe oír aunque sean las más duras verdades y, después de oídas, debe aprovecharse de ellas para corregir los males que produzcan los errores.
Simón Bolívar
Quizás no sabemos qué es amar, y no me espantaré mucho; porque no está en el mayor gusto, sino en la mayor determinación de desear en todo a Dios y procurar en cuanto pudiéremos, no ofenderle.
Teresa de Jesús