Dos cosas me llenan el espíritu de admiración y espanto: el cielo estrellado sobre mí, y la ley moral de mí mismo.
Immanuel Kant
El tipo de música que me gusta depende mucho de mi estado de ánimo.
Anni-Frid Lyngstad
Hay como una amarga complacencia en sufrir una injusticia, que parece legitimar el odio.
Concepción Arenal
No se sabe lo que es el consuelo del corazón sino cuando nos quedamos solos.
Edgar Allan Poe
El hombre más rico es el que tiene los amigos más poderosos.
Eli Wallach
He vivido bastante, puesto que muero invicto.
Epaminondas
La alegría de los hombres es una llama de leños de tristeza. Brota la llama, pero los leños están allí, y cuando se apaga la llama, quedan los leños, o el carbón o la ceniza, que es resto de los leños y no de la llama.
François-René de Chateaubriand
Nunca hablo de literatura, porque no sé lo que es, y además estoy convencido de que el mundo sería igual sin ella. En cambio, estoy convencido de que sería completamente distinto si no existiera la policía. Pienso, por tanto, que habría sido más útil a la humanidad si en vez de escritor fuera terrorista.
Gabriel García Márquez
La obediencia es llave de toda clase de puertas.
George MacDonald
El aburrimiento es en cierto modo el más sublime de los sentimientos humanos.
Giacomo Leopardi
El matrimonio es una costumbre a ultranza, antes del cual los esposos piden la bendición de Dios, porque amarse para siempre es la más temeraria de las empresas.
Honoré de Balzac
El infierno y el paraíso me parecen desproporcionados. Los actos de los hombres no merecen tanto.
Jorge Luis Borges
La mujer que hace un mérito de su belleza, declara por sí misma que no tiene otro mayor.
Julie de Lespinasse
Y digo yo: ¿qué valor puede tener para un hombre sensato un sentimiento siempre en contradicción con la naturaleza?
Marqués de Sade
Recuerda, recuerda, el cinco de noviembre, la traición de la pólvora y el complot. No hay por qué tal traición, jamás se ha de olvidar.
Natalie Portman
Tus defectos como hijo son mis fracasos como padre.
Richard Harris