Frase de Immanuel Kant

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Nada es más contrario a lo bello que lo repugnante, así como nada cae más por debajo de lo sublime que lo ridículo.... - Immanuel Kant

Nada es más contrario a lo bello que lo repugnante, así como nada cae más por debajo de lo sublime que lo ridículo.

Immanuel Kant

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Explorar Frases

Si vives hasta los cien años, quiero vivir hasta los cien años menos un día, para nunca tener que vivir sin ti.

Alan Alexander Milne

El éxito no es la clave para la felicidad. La felicidad es la clave del éxito. Si le gusta lo que está haciendo, usted será un éxito.

Albert Schweitzer

¡Ah, estoy cansado de insistir! Adiós, me voy a Pucalpa a tener visiones. ¿Tus sonetos limpios? Yo quiero tus borradores secretos más sucios, tu esperanza, en su más obscena magnificencia, ¡Oh Dios!

Allen Ginsberg

Al teatro español le huelen los pies.

Eugeni d'Ors

Queremos que cualquiera que pueda encontrar un trabajo sea capaz de encontrar un trabajo.

George W. Bush

Desués de cada gran guerra hubo un gran adelanto, cierto, pero la gran paz puede dar más grandes las zancadas.

H.L. Weniger

En vez de amor, dinero o fama, dame la verdad.

Henry David Thoreau

La difusión, la información, la propaganda, son extraordinarias. Los medios son numerosos y permiten realizar el trabajo fácilmente. Pero es necesario ir dosificándolos para evitar la saturación; es necesario utilizarlos lentamente, de acuerdo con la necesidad.

Juan Domingo Perón

No me importa que me despellejen. A mí me gusta arañarme; si no, no me entero de que voy por la selva.

Mercedes Milá

Nada debe creerse de lo que dice un ánimo irritado.

Publilio Siro

Un sol eterno y puro me alumbra noche y día... ¡Porque en mi corazón está el amor!

Rafael Lasso de la Vega

Mi mujer se atiborra a pastillas y yo bebo, es el trato acordado, una cláusula de nuestro contrato matrimonial.

Sam Shepard

Alivio es de trabajos el reposo.

Séneca

Si tengo que elegir entre la paz y lo correcto, elijo lo correcto.

Theodore Roosevelt

... la evangelización de Juan Bautista fue una preparación para su primera venida.

Thomas Hobbes