Por más hablador que sea un hombre, siempre, siempre se calla las nueve décimas partes de lo que piensa.
Ignacio Manuel Altamirano
Tú sigues siendo el recuerdo aquel que una vez bailó conmigo un rato y se fue.
Amaia Montero
La barba no hace al filósofo.
Anónimo
Derecho, camino adelante no se puede ir muy lejos.
Antoine de Saint-Exupéry
La muerte es ese amigo que aparece en las fotografías de la familia, discretamente a un lado, y al que nadie acertó nunca a reconocer.
Eliseo Diego
Comparto, e incluso comprendo de que haya muchos ciudadanos que están indignados por la crisis. La crisis es una injusticia; pero dicho esto, no pueden tener una atituz pasiva.
José Blanco López
Cuando uno está dominado por el lujo, la privación de lo superfluo le es casi tan sensible como la falta de lo necesario.
Joseph Sanial-Dubay
Aquel a quien aman los dioses, muere joven.
Menandro
Lucha son mineros con cohetes y barricas, no batucadas cantando, ¡Un banquero se balanceaba!
Pablo Hasél
La novedad estriba en que el actuar (que supera la frontera del trabajo) se presenta hoy como un valor superior, como si, por no actuar, un individuo se extenuara y desapareciera. Por eso los soñadores, los que contemplan o rezan, los que aman silenciosamente o se contentan con el placer de existir, molestan y son estigmatizados.
Pierre Sansot
Dos especies de lágrimas tienen los ojos de la mujer: de verdadero dolor y de despecho.
Pitágoras
Estar de acuerdo con un hombre inteligente restaura la normalidad.
Saul Steinberg
Si en el tiempo de la pasión caemos en la tentación de proclamar como bien nuestro a aquello que se opone al bien ajeno, al orden, no acabaremos, sin embargo, de persuadirnos de ello a nosotros mismos; la conciencia lo negará y, extinguida la pasión, todo aquello que se opone al bien de los demás, al orden, es espectáculo horrible.
Silvio Pellico
El estado inicial del Universo fue elegido puramente al azar.
Stephen Hawking
Podéis hacerme abdicar de mis glorias y de mi estado, pero no de mis tristezas. ¡Todavía soy rey de mis amarguras!
William Shakespeare
Las palabras de un hombre muerto se modifican en las entrañas de los vivientes.
Wystan Hugh Auden