Estamos convirtiéndonos en una nación de esclavos gimiendo de miedo. El miedo a la guerra, el miedo a la pobreza, el miedo al terrorismo, al azar, el miedo de bajar de status o de ser despedidos a causa de una economía que se hunde, el temor de ser desalojados por deudas incobrables o de llegar a estar encerrado en un campo de detención militar por cargos vagos de ser simpatizante del terrorismo.