Simplemente, no habÃa modo de gritar a los hijos de puta. Ellos nacieron sordos y estúpidos.
Hunter S. Thompson
Un conocimiento de quiénes somos realmente, de nuestras debilidades nos ayuda a ser más felices.
Eduardo Punset
Todo nos falta cuando nos faltamos a nosotros mismos.
Goethe
Desde la ruidosa expulsión de los monjes, hemos entrado en la era de los conflictos entre la autoridad civil y la dominación eclesiástica. Ya en los asombrados departamentos asisten al duelo heroico del prefecto y del obispo; ya Francia entera se queda boquiabierta ante el combate singular de un ministro y de un cardenal.
Guy de Maupassant
PreferirÃa ser esclavo del más pobre campesino que reinar sobre los muertos.
Homero
Las banderas siempre traen problemas.
Iñaki Azkuna
Muchos perros hacen la muerte de un ciervo.
Juan Domingo Perón
¿Cómo puedo ser generoso con los demás si los demás se muestran implacables conmigo?
Mary Shelley
La virtud no consiste en hacer grandes cosas, sino en hacer bien las pequeñas.
Michel de Montaigne
El amor es como las enfermedades contagiosas, que cuanto más se temen más fácilmente se adquieren.
Nicolas Chamfort
Probablemente somos las primeras sociedades de la historia que han hecho a la gente infeliz por no ser feliz.
Pascal Bruckner
No admitas jamás cosa alguna como verdad sin haber conocido con evidencia que asà era; es decir, evitar con sumo cuidado la precipitación y la prevención, y no admitir en mis juicios nada más que lo que se presente tan clara y distintivamente a mi espÃritu, que no tuviese motivo alguno para ponerlo en duda.
René Descartes
No luchar contra las fuerzas, utilizarlas.
Richard Buckminster Fuller
Mala salud es la que por otra enfermedad se alcanza.
Séneca
Era el hijo menor, y la tradición familiar mandaba a los hijos menores a una iglesia u otra, donde no pudieran hacer mucho daño en el aspecto fÃsico. Pero el exceso de lectura se habÃa cobrado su precio. William descubrió que ahora rezar le parecÃa una forma sofisticada de suplicarle a las tormentas.
Terry Pratchett
Es mejor exponerse a absolver a un hombre culpable que condenar a un inocente.
Voltaire