Nunca uses a un humano para hacer el trabajo de una máquina.
Hugo Weaving
Golpeó una puerta, y, en la plaza de la aldea, el niño hizo girar sus brazos, comprendido por las veletas y los gallos de los campanarios de todas partes, bajo el deslumbrante chubasco.
Arthur Rimbaud
Más es menester para tratar con un solo hombre en estos tiempos, que con todo un pueblo en los pasados.
Baltasar Gracián
Me conformo con lo que me dan por miedo a salir a buscar lo que realmente deseo.
Elísabet Benavent
El nadaísmo es un estado del espíritu revolucionario, y excede toda clase de previsiones y posibilidades.
Gonzalo Arango
El ritmo glorioso en el cuerpo, como si tu corazón fuera un brillante pez de plata luchando por liberarse.
Halfdan Rasmussen
El analista no hace sino devolverle al analizante (analizante = paciente) su mensaje invertido, como si se tratara de un espejo. (en el cual el analizante se puede reconocer).
Jacques Lacan
No soy cínica, soy clínica.
Keira Knightley
Para que un hombre se entusiasme es necesario que pasen cosas, mientras que a una mujer le basta con que las cosas sean.
Laura Restrepo
El universo son infinitas galaxias, infinitas estrellas, infinitas piedras y ni un solo sentimiento. No existe el mal en las esferas, puesto que en ellas no vive nadie que esté fichado.
Manuel Vicent
No sería una decepción si no juego. Si estoy a la disposición del técnico, puedo tener algunos minutos. Me estoy entrenando de la mejor manera posible, me tomo las cosas con calma e intento seguir aprendiendo.
Maximiliano Gastón López
El letargo de la gente no durará eternamente.
Pablo Hasél
Las apariencias no engañan a ningún gato salido de su primer pellejo, al contrario de los seres humanos, que se complacen en ellas.
Peter S. Beagle
No hay nada tan inseguro como la grandeza de los reyes.
Quilón de Esparta
Puede que los libros nos saquen un poco de esta oscuridad. Quizá eviten que cometamos los mismos condenados y disparatados errores.
Ray Bradbury
Los celos iracundos de algunas hembras significan, antes que el temor de perder un amante, el recelo de que se cierre un bolsillo.
Santiago Ramón y Cajal