Ahí está el futuro, ahí está el más grande potencial para el desarrollo del país, a través de la agricultura; y no sólo para producir alimentos, sino para producir.
Hugo Chávez
Nadie se atreve a ofender de nuevo a quien perdona siempre.
Adolphe d'Houdetot
No soy sólo esta colección de actos cotidianos, soy esto que escribo también... Por favor quiérame.
Alejandro Dolina
Un matrimonio dichoso es un edificio que debe rehacerse cada día.
André Maurois
Existen los jugadores duros y los buenos muchachos, yo soy un jugador duro.
Bobby Fischer
Pinto... como un pájaro canta.
Claude Monet
De todos los derechos que tiene un hombre, el más importante es el derecho a equivocarse, a ser consciente de ello, a ponerlo en valor y a que eso no sea una condena de por vida.
Dolores Redondo
Nada resulta excesivo para recomendar al auditorio musical esta obra, esencialmente artística, que ha sido acertadamente considerada una de las más bellas del siglo que ha visto nacer a este desgraciado gentilhombre.
Erik Satie
Cuando luchamos con quien no tiene nada que perder, luchamos con gran desventaja.
Francesco Guicciardini
Las guerras deben ser justas. Ni aun esto basta; han de ser necesarias para el bien público. No debe derramarse la sangre de un pueblo, sino para salvar a ese mismo pueblo, cuando no existen otros remedios.
François Fénelon
En idiomas de zonas donde no ha habido un Estado no existe la palabra guerra.
Gustavo Bueno
Y por eso Gregorovius insistía en conocer el pasado de la Maga, para que se muriera un poco menos de esa muerte hacia atrás que es toda ignorancia de las cosas arrastradas por el tiempo.
Julio Cortázar
En el amor estamos también ante una dimensión cuántica. El amor no es tangible, pero nos atraviesa.
Sophie Marceau
La gente siempre busca una explicación para las cosas malas de la vida. Y a veces no la hay.
Stephen King
Mi mente es incapaz de concebir una cosa como el alma. Puede que esté errado y que el hombre tenga un alma, pero yo simplemente no lo creo.
Thomas Alva Edison
La sabiduría no sirve de nada si tú no la diriges.
Tomás de Kempis