La gente se muere, pero la vida tiene un modo de continuar como si nada. No hay que ver la muerte como una detención, sino como un relevo, según la imagen del corredor griego que entregaba la antorcha del fuego olímpico antes de caer agotado. Nuestra vida es breve, pero nuestra especie es de larga duración. Tenemos la responsabilidad de los eslabones de una cadena.