La dificultad para percibir la naturaleza tal cual es proviene de que de ella surgimos. Formamos parte de ella tal como todas las impresiones y reacciones que nos provoca. Por intermedio de nosotros, la naturaleza se reenvía una imagen de sí misma.
No hay ninguna pretensión de simpatía en el gato. Vive solo, absorto, sublime en su sabia pasividad.