Todo el mundo tiene su precio.
Howard Hughes
Recuerda lo que había antes de haberlo aprendido todo.
Ángela Álvarez Sáez
Un día, contemplando un cuadro de Rivera, me fijé en una india que cargaba un bebé con ojos azules, y pensé que ahí se explicaba muy bien el mestizaje.
Arturo Pérez-Reverte
No soy disciplinado. Tienes que ser responsable cuando sos líder, tener la dignidad y la autoridad que requiere un líder, y eso es muy pesado para mí.
Duke Ellington
Es muy importante que el sentido confidencial de la intimidad esté sellado con varios cerrojos, ya que eso da a la relación una gran firmeza.
Enrique Rojas
El hombre del futuro se dedicará al individualismo.
Ernest Solvay
El movimiento social, directa o indirectamente, es siempre determinado por acción o reacción de la mujer, por impulso visible o invisible de mujer, por influencia buena o mala de mujer.
Eugenio María de Hostos
Hablamos muy poco, excepto cuando la vanidad nos hace hablar.
François de La Rochefoucauld
No soy tan y tan bueno, lo que ocurre es que tengo la fortuna de jugar en el Barça.
Gerard Piqué
Descansa, duérmete, sueña, no tengas miedo del mundo, que yo te velo.
Gerardo Diego
Me darás lo más dulce y más amargo: una breve alegría, un llanto largo... Sé que voy al dolor. Inútilmente.
Julia Prilutzky Farny
¡Cuánto le costó a la muerte apagarte los ojos!
León Felipe
Ahora tengo fans que se pelean por un pedacito de cualquier cosa que les tire desde el escenario. Yo ya fui un gran fan de Led Zeppelin o Pink Floyd. Pero era un fan sereno, curtía por dentro mi admiración.
Luca Prodan
Mi problema principal fue, naturalmente la religión, de aquí fui a los principios de la ética. La primera que examine fue mi religión positiva (ego. El Judaísmo). Se derrumbo. Decidí basarme en alguna religión natural, pero mi agonía era tanta que esta fundación también se derrumbo frente mis ojos. Nada, nada quedo. Era el ser humano más desgraciado en el mundo. Me hice ateo.
Moses Hess
Los hombres conocen la vida demasiado pronto; las mujeres, demasiado tarde.
Oscar Wilde
Como todos los bribones, era un gran detractor del bello sexo.
Walter Scott