La vaca desea los arreos del caballo y el caballo perezoso, estar al arado.
Horacio
El dolor cuando es por dentro, es más fuerte... no se alivia con decírselo a la gente.
Alejandro Sanz
A las mujeres no hay que creerles ni la verdad.
Augusto Pinochet
Lo que hago es que escribo sobre los sentimientos muy personales y más bien solitarios, y explorarlos de una manera diferente cada vez. Ya sabes, lo que hago no es muy intelectual. ¡Soy un cantante pop por el amor de Cristo! Como persona, soy bastante complicada.
David Bowie
El sacrificio es una virtud que siempre nos parece admirable... en los demás.
Enrique Jardiel Poncela
No me temblará la mano a la hora.
Francisco Franco
Yo no sabría echarte de menos (soy un ladrón que robó dolor) y si te pierdo camino a casa ya te dije esto antes... Linda mía, te voy a encontrar, te voy a buscar y te voy a encontrar...
Indio Solari
Me gusta ir a correr y normalmente intento que no sea en el gimnasio, prefiero al aire libre. El gimnasio lo uso para musculación pero no voy tanto, eh, un par de veces a la semana.
Jon Kortajarena
Los vehículos estarán completamente prohibidos en los campos verdes, donde reinará la tranquilidad y la maldición del ruido no penetrará.
Le Corbusier
La inmortalidad del alma es un dogma filosófico pagano.
Miguel de Unamuno
Déjame sólo un poco de mí mismo para que pueda llamarte mi todo.
Rabindranath Tagore
No hay en la Historia universal obra comparable a la realizada por España, porque hemos incorporado a la civilización cristiana a todas las razas que estuvieron bajo nuestra influencia.
Ramiro de Maeztu
Nunca he tenido intención de ser un emprendedor.
Richard Branson
La crueldad es esencial para conservar el poder. Sin crueldad puedes parecer débil, y los adversarios se aprovechan de ello. Es como con los perros: el que gruñe más fuerte se convierte en el macho dominante.
Roberto Saviano
Amar es el único camino incierto que estoy dispuesto a seguir recorriendo.
Roque Valero
Pocos hombres nacen siendo valientes, muchos se hacen mediante el entrenamiento y la fuerza de la disciplina.
Vegecio