La juventud es fugaz.
Horacio
Hay pueblos a los que se les soborna con el nivel de vida para no se paren a pensar por dónde anda el nivel de su vida.
Ana Diosdado
Estaría dispuesto a ejercer cualquier oficio si con él pudiera obtener grandes riquezas por medios honrados; si por el contrario, para enriquecerse debiera emplear medios deshonestos, preferiría seguir en la pobreza dedicándome a mis actividades favoritas.
Confucio
Cuando el trabajo no constituye una diversión, hay que trabajar lo indecible para divertirse.
Enrique Jardiel Poncela
No son nuestras la carne del fauno ni las visiones del santo.
Ezra Pound
La intención de no engañar nunca nos expone a ser engañados muchas veces.
François de La Rochefoucauld
La tendencia humana a juzgar importantes las pequeñas cosas ha producido muchas cosas grandes.
Georg Christoph Lichtenberg
El New Deal empezó -como el ejército de Salvación- prometiendo la salvación de la humanidad. Pero terminó -como el ejército de Salvación- abriendo tiendas de compra y venta y perturbando la paz.
H. L. Mencken
Si se comparara al número de los que se recuperan gracias al médico con el que los que mueren con su ayuda, los primeros excederían a los últimos.
Henry Fielding
Nuestros órganos son los ministros de nuestros placeres.
Honoré de Balzac
Lo que hay es una dificultad de comunicación, una zona de silencio en el fondo de las relaciones humanas.
Italo Calvino
El crimen tiene una historia respetable: el Londres de Shakespeare, la Florencia de los Medici. Nidos de asesinatos, venenos y ejecuciones con garrote. Dime una época en que haya florecido el orgullo cívico y las artes y no hubieran crímenes generalizados..
J. G. Ballard
Somos más fuertes que el miedo.
Malala Yousafzai
Los flechazos no existen más que en los libros. En la vida real, los sentimientos se construyen tan lentamente como edificamos nuestro hogar, piedra a piedra.
Marc Levy
Dicen que escribir ayuda a comprender los problemas, conmigo funciona la inversa: cada día estoy más confundido.
Pedro Juan Gutiérrez
En ninguno es la ira más peligrosa que en el que a otros castiga.
Séneca