El arte nace en el cerebro y no en el corazón.
Honoré de Balzac
Nunca creeré que los poderosos, los políticos y los capitalistas sean los únicos responsables de la guerra. No, el hombre común y corriente, también se alegra de hacerla. Si así no fuera, hace tiempo que los pueblos se habrían rebelado.
Ana Frank
Veo poco potencial comercial en Internet, al menos durante diez años.
Bill Gates
El hombre es más valiente, combativo y enérgico que las mujeres, y tiene una genialidad más inventiva. Su cerebro es absolutamente más grande.
Charles Darwin
El corazón humano es un instrumento de muchas cuerdas; el perfecto conocedor de los hombres las sabe hacer vibrar todas, como un buen músico.
Charles Dickens
Todas mis canciones son experiencias personales.
Demi Lovato
En la vida humana sólo unos pocos sueños se cumplen, la gran mayoría de los sueños se roncan.
Enrique Jardiel Poncela
Hay siempre suficiencia para hacer las cosas que deseo y necesito hacer.
Eric Butterworth
Pensamiento que al cielo subes y silbes, mira bien no te pierdas entre las nubes. Conforme la tierra se ve elevando, el hombre, de la vida se va apartando en los altos espacios ¡raro portento! faltaluz a sus ojos, aire a su aliento...
Federico Balart
No hay mujer fea solo belleza rara.
Les Luthiers
El secreto del éxito es ser dueño de nada, pero el control de todo.
Nelson Aldrich Rockefeller
Soy neutral con las mentiras, ya que veo que hay ocasiones en que la verdad sólo hiere a la gente.
Orson Scott Card
La letra mata; el espíritu vivifica.
Pablo de Tarso
...: el silencio que los jóvenes han de guardar ante personas de más edad; cómo han de hacer que se sienten y levantarse ellos en su presencia; el respeto de los propios padres; y también el modo de cortarse el pelo, de vestir y calzar, el pergeño general del cuerpo y, en fin, todo cuanto hay de semejante a esto. ¿No te parece?
Platón
Maldad es no dejar el beneficio a merced del que lo hace.
Séneca
Sé sistemáticamente ascético o heroico en cuestiones mínimas e innecesarias; haz a diario alguna cosa, lo que sea, por la sencilla razón de que preferirías no hacerla, de modo que cuando se aproxime la hora de la más nefasta necesidad no te sorprenda con nerviosismo, sin preparación para afrontar la prueba.
William James