El vino ahoga todas las penas.
Hipócrates
Es tan débil el hombre, que cuando alguno de sus semejantes se presenta clamando: "Yo lo puedo todo", como Bonaparte, o: "Yo lo sé todo", como Mahoma, puede darse ya casi por vencedor. Tal es la causa del éxito de tantos aventureros.
Alfred de Vigny
Los actores son ganado.
Alfred Hitchcock
Los resultados no son tan importantes, nunca los miro. Si acaso, al cabo de tres o cuatro meses, Pablo Isla, el consejero delegado, me los enseña.
Amancio Ortega
Lucerito del alba me llaman en Andalucia, lucerito del alma que brinda alegría.
Antonia García de Videgain
Se habla, ¡oh Catón!, y se murmura de tu silencio. Muy bien, como no se murmure de mi conducta, pues yo empezaré a hablar cuando no haya de decir nada que fuera mejor no haberlo dicho.
Catón
Déjame que llore como aquel que sufre en vida la tortura de llorar su propia muerte.
Enrique Santos Discépolo
Denme los lujos de la vida y con gusto prescindiré de las necesidades.
Frank Lloyd Wright
Dios nos manda su ira con medida, y su perdón sin ella.
George Herbert
Yo me he conducido de tal modo que, después de Dios, mi fortaleza principal y mi seguridad descansan en los corazones leales y en la buena voluntad de mis súbditos.
Isabel I de Inglaterra
Imagina un mundo en donde cada persona del planeta pueda tener acceso libre a la suma total de todo el conocimiento humano. Eso es lo que estamos haciendo.
Jimmy Wales
Las palabras son como el vidrio; oscurecen todo aquello que no ayudan a ver mejor.
Joseph Joubert
Si alguien concibe que una carnicería semejante puede servir de soporte a un arte, ya está preparado para admitir que la verdad puede ser extraída mediante la tortura en el sótano de una comisaría; si se admite que la belleza puede surgir de la sangre derramada, aunque ésta se inflija a un animal, es que uno ya tiene justificado en el corazón todo tipo de violencia.
Manuel Vicent
Siempre he observado que para triunfar en la vida hay que ser entendido, pero aparecer como tonto.
Montesquieu
Somos libres y tolerantes en nuestras vidas pero en los asuntos públicos nos ceñimos a la Ley.
Pericles
La existencia de la realidad es la cosa más misteriosa, más sublime y más surrealista que se dé
Salvador Dalí