Este hombre es un ser humano lo mismo que yo: tiene tantos motivos para tener miedo de mí, como yo para tener miedo de él.
Herman Melville
Es felicidad juntar el afecto con el aprecio; el amor introduce la lanza y al paso que ésta entra, sale la estimación.
Baltasar Gracián
No es verdadero maestro el que no se hace querer de sus alumnos.
Benito Pérez Galdós
La sociedad quiere que consumamos, no que seamos felices.
Eduardo Punset
Tras una actitud de cierta modestia se esconde, a menudo, una verdadera arrogancia. Me gustaría librarme de ella.
Erwin Schrödinger
A un nivel más general, si quiere usted cambiar su realidad externa, cambie primero su realidad interna.
John Seymour
El que sentencia una causa sin oír la parte opuesta, aunque sentencie lo justo es injusta esa sentencia.
Jorge Eliécer Gaitán
Dividimos al país en dos categorías: una, la de los hombres que trabajan, y la otra, la que vive de los hombres que trabajan. Ante esta situación, nos hemos colocado abiertamente del lado de los que trabajan.
Juan Domingo Perón
Creo que soy muy orientado a objetivos. Me gustaría ganar la Copa América. Me gustaría que Oracle sea la compañía de software número uno en el mundo. Sigo pensando que es posible vencer a Microsoft.
Larry Ellison
Soy muy consciente, y sobre todo, estoy muy tranquilo con lo que digo, se que puedo enfadar a algunos y hacer feliz a otros, pero es que el comunicador está obligado a ir con la verdad por delante, con su verdad.
Luis del Olmo
El mundo de las ideas incide el mundo físico; piensa bien y harás lo correcto.
Platón
Ya que preguntas, para ahogar mis penas, me fui de putas la noche entera.
Roberto Iniesta
Las opiniones no deben ser contadas sino pesadas.
Séneca
He escrito en mi libro lo que creía, y sigo creyendo, que es la verdad. He escrito sólo lo que he pensado, sentido y sufrido.
Vasili Grossman
Fue preciso sucumbir a las supersticiones que, más que nosotros, son quienes gobiernan a las naciones.
Voltaire
Nunca rendirse, nunca, nunca, nunca, nunca, en nada grande o pequeño, enorme o minúsculo, nunca rendirse salvo a las convicciones de honor y el buen sentido.
Winston Churchill