Paz es anarquía. Gobierno es fuerza; fuerza es represión, y la represión lleva a la reacción y a las naciones a la guerra. La guerra existirá en tanto exista el Estado. Sólo una sociedad anarquista puede ofrecer las condiciones económicas, éticas y psicológicas bajo las cuales será posible la formación de una mentalidad pacifica.