Tanto da comer habas como comer la cabeza del propio padre habas, basándose en la doctrina de la transmigración y reencarnación de las almas.
Heráclides Póntico
Un maestro zen, a punto de morir, está rodeado de sus discípulos. Éstos le preguntan solemnemente: Maestro, ¿cuáles son tus últimas palabras? Y el maestro responde: ¡¡No quiero morir!!.
Alejandro Jodorowsky
Lo mismo que un río: el hombre es cambio y permanencia.
Alexis Carrel
Nunca desistas de tus sueños. El universo conspira.
Anahí Puente
Uno de los secretos del éxito empresario consiste no en hacer uno mismo el trabajo, sino en reconocer al hombre apropiado para hacerlo.
Andrew Carnegie
Más cerca está de ser un hombre el que va desnudo, que el que va vestido de librea.
Charles Lamb
Del fanatismo a la barbarie sólo media un paso.
Denis Diderot
Rehusar las alabanzas es desear ser alabado dos veces.
François de La Rochefoucauld
Si no caminara cotidianamente en la navaja que separa las nubes del cielo y el infierno y fuera una mujer de lino en un país planchado, desarrollado, lleno de todo lo que aquí nos falta... Seguramente hubiera pasado a tu lado sin mirarte, sin que me vieras. Seguramente, ni vos ni yo estaríamos ahora sentados mirándonos, tocándonos, acariciando, como a un niño el tiempo.
Gioconda Belli
Tíos del montón que se han drogado hasta sumirse en la inconsciencia para rehuir la vergüenza de no estar haciendo nada.
Irvine Welsh
Ramón Mendoza Fontela: el mandamal del pelo blanco.
José María García
El símbolo sería ese ciudadano medio cargado de paquetes que está dispuesto a tragar con cualquier bajeza política o moral con tal de seguir consumiendo hasta el final de sus días.
Manuel Vicent
No pueden llegar a amarse totalmente sino los que tienen un fin común para todos sus actos, y esto no se da sino entre las almas honradas.
Niccolò Tommaseo
El descubrimiento no puede planificarse; la invención no puede programarse.
Seymour Papert
¡La fuerza del amor es algo tremendo! El amor es algo que... Transforma el mundo entero.
Tennessee Williams
El ser humano no tiene un destino, sino que el sujeto del destino es como tal indeterminable. Puede el juez ver destino donde quiera; al castigar, lo dicta ciegamente. Y aunque el hombre no queda afectado por esto, sí se afecta la mera vida en él, que, en virtud de la luz, participa en la culpa natural como participa en la desdicha.
Walter Benjamin