¡Pero no todos tenemos la fortuna de usted! Tenemos empleos, vamos al trabajo y regresamos de él en tranvías, autobuses y metros atestados; a duras penas tenemos un minuto que podamos llamar nuestro.
Henry Miller
Las personas que viven solas siempre tienen algo en su mente que estarían dispuestos a compartir.
Antón Chéjov
La falacia del cuadro estadístico estriba en que es unilateral, en la medida en que representa sólo el aspecto promedio de la realidad y excluye el cuadro total. La concepción estadística del mundo es una mera abstracción, y es incluso falaz, en particular cuando atañe a la psicología del hombre.
Carl Gustav Jung
La historia de mi vida ha sido una historia de amor. ¿De amor? ¡De soledad! De soledad y amor. De soledad. Sexualmente muy ardiente.
Ernesto Cardenal
Pueden decir todo lo bueno que quieran de nosotros, pero nunca nos dirán nada nuevo.
François de La Rochefoucauld
Toda palabra dicha despierta una idea contraria.
Goethe
Un día estarás tumbado allí en un delicioso trance y de pronto una caliente brocha enjabonada te será aplicada en la cara... Lo tomarás a mal, un día el empleado de la funeraria te afeitará
Jack Kerouac
Todo comportamiento peculiar en la escuela se ve como anormal y tributario de tratamiento médico.
Juan Gérvas
Nadie sabe en que puede consistir la felicidad. Quizá en ser tan generosos, tan generosas, que no sólo concedamos el perdón, sino el olvido.
Manuel Pombo Angulo
Les dejo como legado todos mis terrores, pero también la esperanza de que Cuba pronto será libre.
Reinaldo Arenas
Los invitados se encuentran; la fiesta comienza: puedes oír el feliz clamor.
Samuel Taylor Coleridge
No quiere el enfermo médico elocuente, sino que le sane.
Séneca
Cuando el agua te llega al cuello, no te preocupes si no es potable.
Stanisław Jerzy Lec
Hace poco tuve en el casino una larga discusión con el encargado de la ruleta acerca de lo que cada uno de nosotros entendía como número impar.
Steven Wright
Estaba a punto de rendirme. De hecho, me habría rendido si no fuera por una voz en mi interior que me decía: "No moriré. Me niego. Superaré esta pesadilla. Sobreviviré, cueste lo que me cueste. Hasta ahora lo he conseguido, de milagro. Ahora convertiré el milagro en rutina. Lo increíble será mi pan de cada día. Haré el trabajo que haga falta, por muy duro que sea".
Yann Martel
Tenemos dos orejas y una sola boca, justamente para oír más y hablar menos.
Zenón de Citio