Un penique ahorrado es un penique ganado.
Henry Fielding
Es reanimante y vivificador, como la llegada de la primavera para una persona enferma, su ánimo recibe por alguna razón el espíritu de la estación y sus ojos se iluminan con un brillo transitorio.
Ann Radcliffe
Tal vez el mejor adorno de Navidad es una gran sonrisa.
Anónimo
Soy extremadamente feliz cuando estoy ocioso. Podría vivirmeses y meses sin hacer ninguna clase de trabajo, y, al terminar ese tiempo, me habría de encontrar fresco y vigoroso para seguir el mismo por otros muchos meses más.
Artemus Ward
Lo desconocido aguarda a ser conquistado, no temido.
Dakota Fanning
No pidas que las cosas lleguen como tú las deseas, sino deséalas tal como lleguen, y prosperarás siempre.
Epicteto
¡Cuán necio debe ser el que hace gratis la tarea del diablo!
Uno es quienquiera que finja ser.
Julian Barnes
El amor no es ciego, no es más que présbite. Pruébalo el hecho de que sólo comienza a distinguir los defectos cuando empieza a alejarse.
Miguel Zamacois
Intentar esa última y aparentemente imposible repetición hace que el cuerpo recurra a su habilidad de reserva.
Mike Mentzer
Qué triste es escuchar a alguien que no se escucha a él mismo.
Núria Albó i Corrons
El talento solo no basta para hacer un escritor. Detrás del libro debe haber un hombre.
Ralph Waldo Emerson
Te ves al espejo, te ríes de ti, vives bajo el pellejo de ese maniquí, que se va haciendo viejo, ignorando qué es lo que hace aquí. Te pones camisa, y el vaquero de ayer, sales siempre deprisa al amanecer, sacudiendo cenizas de tiempos que no van a volver.
Ricardo Arjona
Para que una película parezca prodigiosa a los espectadores hay que acabar el repugnante ritmo cinematográfico actual, esta convencional y enojosa retórica del movimiento de la cámara. ¿Cómo creer en el más banal de los melodramas cuando la cámara sigue al asesino por todas partes en trávelin, hasta el lavabo donde va a lavarse la sangre que mancha sus manos?
Salvador Dalí
El amor exige libertad, exige desapego de todo afecto mundano.
Tomás de Kempis
La indigestión es la encargada de Dios de predicar la moral al estómago.
Victor Hugo