Un grano de oro puede conquistar mucho, pero no tanto como un grano de sabiduría.
Henry David Thoreau
La sociedad cuando es mal dirigida, esta condenada a vivir en la miseria.
Alex Pimentel
Pedrosa monta en moto como los ángeles.
Ángel Nieto
De regreso a Irlanda tenía por lo menos de seis a siete rupturas emocionales por día.
Anjelica Huston
El mayor error es sucumbir al abatimiento; todos los demás errores pueden repararse, éste no.
Confucio
Ellos tienen la reputación de bello espíritu sin tener el mérito ni el carácter...
Eugenio Espejo
El arte es la naturaleza del hombre; la naturaleza es arte del dios.
James Bailey
¡De ahí, todos vuestros vanos deleites, tan cortos como lo son las noches donde pasáis vuestra insensatez! No hay nada dulce en esta vida sino la melancolía ¡Ah, la más preciada melancolía!
John Fletcher
El éxito a toda costa nos hace peor que animales.
José Saramago
Extrañarte es igual a los silencios de una canción, si no están no hay lugar para respirar.
León Gieco
Nunca se supo, a lo largo de toda su vida, que violara una sola regla de su orden; no es posible encontrar la menor mancha en su conducta, y se asegura que es un observador tan estricto de su castidad que no sabe en qué consiste la diferencia entre hombre y mujer. Por consiguiente, el vulgo lo considera un santo. ¿Eso lo hace santo a uno? inquirió Antonia. ¡Dios me ampare!
Matthew Gregory Lewis
Vale más que en ansias de volar te broten alas, que no estés en tierra con tu único pájaro en mano.
Miguel de Unamuno
Haciendo de escenarios un antídoto al veneno, de vivir sin freno y sentirme lleno, haciendo que mi público suba sus manos al cielo.
Nach
Ésa era nuestra relación. Desde ese punto de vista no parecía muy importante para la comprensión del universo. Pero en mi corazón yo sabía que no era así. Ni aun las frías estrellas, ni aun la totalidad del cosmos con todas sus vacías inmensidades podían convencerme de que ese nuestro preciado átomo de comunidad, que era tan imperfecto, que moriría tan pronto, no tuviese ningún significado.
Olaf Stapledon
Yo también... ¡Sí! Yo tengo - ¿Por qué no confesarlo? - un pequeño fantasma, un duende de familia.
Oliverio Girondo
Los ángeles necesitan un cuerpo supuesto, no por ellos mismos sino por beneficio de nosotros.
Tomás de Aquino