Tenemos que ver toda la vida como si fuéramos niños.
Henri Matisse
En la vida todo pasa o todo queda, y lo nuestro es pasar.
Anónimo
No hay locura a la que el hombre no llegue, abismo al que no se asome, y lance que el diablo no aproveche cuando hay mujer hermosa de por medio.
Arturo Pérez-Reverte
Un padre es un hombre que ama a su hijo.
Brie Larson
El golpe esperado resulta menos duro.
Catón
Al escribir esta obra, no he querido añadir nada en absoluto a la belleza de los Diálogos de Platón: no se trata más que de un acto de piedad, de una ensoñación de artista, de un humilde homenaje... La estética de esta obra se consagra a la claridad, la sencillez la acompaña, la dirige. Es todo. No he deseado otra cosa.
Erik Satie
Hay una magia indiscutible en saber qué nos deparará el futuro. Se aprecia en la particular sonrisa que ilumina el rostro de quienes descubren su porvenir.
Fernando Trujillo Sanz
El matrimonio, como la vida entera, es algo terriblemente difícil que hay que volver a empezar desde el principio todos los días, y todos los días de nuestra vida. El esfuerzo es constante, e inclusive agotador muchas veces, pero vale la pena. Un personaje de alguna novela mía lo dice de un modo más crudo: También el amor se aprende.
Gabriel García Márquez
El número puede crear la autoridad, pero no la competencia.
Gregorio Marañón
Siempre queda en la conciencia algo de los sofismas que en ella se han vertido; y guarda cierto regusto de ellos, como de un mal licor.
Gustave Flaubert
Cruel en el cartel, la propaganda manda cruel en el cartel, y en el fetiche de un afiche de papel se vende la ilusión, se rifa el corazón...
Homero Expósito
El hombre es una pasión inútil.
Jean-Paul Sartre
No me gusta esa educación según la cual tú tienes que pelearte por superar a los demás y no por superarte a ti mismo.
Jorge Bucay
Por mi raza de bronce hablará el Espíritu Santo.
José Vasconcelos
Un amor apasionado es una especie de comedia de dos personajes que tratan de convencer al público de su amor.
Ninon de Lenclos
Así es como el vivo reflejo de la voluntad natural desaparece al pálido reflejo del pensamiento.
William Shakespeare