Cuando una puerta de felicidad se cierra, otra se abre, pero muchas veces miramos tanto tiempo la puerta cerrada que no vemos la que se ha abierto para nosotros.
Helen Keller
Tú no tienes la vida más tiempo que yo, y yo no tengo la llave que cierra el dolor.
Alejandro Sanz
Sí, eso es el bien: perdonar el mal. No hay otro bien.
Antonio Porchia
La democracia es el destino de la humanidad; la libertad su brazo indestructible.
Benito Juárez
La locura corre por toda mi familia, galopa casi.
Cary Grant
Prefiere la instrucción a la ignorancia.
Cleóbulo de Lindos
Lo que veo venir es un matadero gigantesco, un Auschwitz molecular, en el que en lugar de dientes de oro se extraerán las enzimas, las hormonas y todas las cosas que se consideren valiosas.
Erwin Chargaff
Lo único que debemos hacer es adquirir plena conciencia del poder que poseemos y no olvidarnos de que nadie puede hacer nada sin el pueblo, que nadie puede hacer tampoco nada que no quiera el pueblo. ¡Sólo basta que los pueblos nos decidamos a ser dueños de nuestros propios destinos! Todo lo demás es cuestión de enfrentar al destino.
Eva Perón
Sin crisis no hay cambios, sin crisis no se forman las conciencias; un día de crisis forma más conciencia que 10 años de transcurrir del tiempo, que 10 años sin crisis.
Fidel Castro
Es verdad. Ellos lo tienen todo. Todo menos la razón.
Francisco Franco
Un cínico es alguien que, cuando huele flores, busca inmediatamente un ataúd.
H. L. Mencken
Los religiosos han matado, difamado, encarcelado y asesinado en aras de imponerles sus cadenas religiosas a la humanidad.
Ismael Leandry Vega
Si ellos están felices en algún otro sitio, nosotros deberíamos estar felices también, ¿quién sabe?
Jeremy Davis
La investigación se asemeja a los largos meses de gestación, y la solución del problema, al día del nacimiento. Investigar un problema es resolverlo.
Mao Zedong
Lo que debes recordar es que la vida y la muerte son dos caras de la misma moneda, cara y cruz. -¿No se puede tener una moneda de dos cruces? -No.
Neil Gaiman
Para conseguir la más pequeña fortuna, vale más decir cuatro palabras a la querida de un rey que escribir cien volúmenes.
Voltaire